Dublin. Por tercera noche consecutiva jóvenes protestantes han mantenido hoy enfrentamientos con las fuerzas del orden en un barrio del norte de Belfast, en unos disturbios que desde el pasado domingo han causado más de 60 policías heridos, uno de ellos durante las últimas horas.

 

Según fuentes de la Policía norirlandesa (PSNI), unidades antidisturbios se presentaron a última hora de la noche en la zona de Carlisle Circus, en el norte de la capital norirlandesa, donde se habían concentrado unas 200 personas, en su mayoría de la comunidad unionista.

 

Las fuerzas del orden fueron entonces atacadas con fuegos artificiales, ladrillos y otros proyectiles, tal y como ha ocurrido durante las dos últimas noches en esta área de Belfast.

 

Más de 60 policías han resultado heridos desde que el pasado domingo unos 350 protestantes trataron de impedir el paso por Carlisle Circus de una banda de música afín al Sinn Fein, brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA).

 

Durante las dos primeras noches, la PSNI, empotrada entre ambos bandos, se vio obligada a utilizar medios antidisturbios, como cañones de agua o balas de goma para repeler ataques perpetrados con bombas incendiarias, cohetes, piedras o botellas.

 

Dado el alto grado de violencia exhibido, el “número dos” de la PSNI, William Kerr, advirtió hoy de que alguien podría resultar muerto si los políticos locales y líderes comunitarios no se comprometen a solucionar el controvertido asunto de los desfiles nacionalistas y unionistas.

 

El temor del dirigente policial se centra sobre una gran marcha protestante orangista que transcurrirá el próximo 29 de septiembre entre el Ayuntamiento de Belfast y el Parlamento de Stormont, sede de la asamblea autónoma norirlandesa.

 

El desfile conmemorará el centenario de la firma en 1912 de una declaración contraria a la concesión de un régimen de autonomía para toda la isla de Irlanda, por aquel entonces bajo el control del Reino Unido.

 

A la marcha se espera que asistan unos 20 mil miembros de la Orden de Orange, un centenar de bandas de música y miles de espectadores.

 

El citado desfile protestante pondrá fin a la temporada de marchas veraniegas con las que la comunidad unionista celebra la victoria del rey protestante Guillermo III de Orange sobre el católico Jaime II en la batalla del Boyne en 1690, desfiles que, a menudo, atraviesan zonas nacionalistas.

 

Ahora, las rutas que siguen los desfiles son pactadas por representantes de ambas comunidades con la Comisión de Desfiles, lo que propicia que las marchas sean vistas como una concesión y no como una imposición.

 

(Con información de EFE)