Al menos 32 personas perdieron la vida y 64 resultaron heridas heridos en la explosión registrada el domingo en el barrio de Al Malaab al Baladi, en el centro de Alepo,según informaron hoy las autoridades sirias.

 

La agencia oficial siria, Sana, indicó que entre los fallecidos se encuentran dos agentes de seguridad y que el atentado fue perpetrado con una furgoneta bomba que llevaba una carga de una tonelada de explosivos.

 

La explosión, según esa fuente, causó un agujero en el suelo de 6 metros de profundidad y la ola expansiva provocó daños en un radio de 50 metros.

 

Ayer, el gobernador de Alepo, Mohamed Aqad, fijó el total de víctimas en este ataque en 17 muertos y más de 40 heridos, aunque señaló que esta cifra era provisional.

 

Aqad, citado por Sana, calificó el suceso de “explosión terrorista”, su modo de referirse a la oposición armada, a la que las autoridades sirias acusan de este tipo de atentados y otros actos violentos.

 

En paralelo con ese ataque, otro atentado con coche bomba se produjo ayer cerca de una escuela en el barrio de Al Shuhada, también en Alepo, y causó tres muertos y seis heridos.

 

Alepo, centro económico de Siria, y Damasco y sus alrededores han sido blanco en los últimos meses de otras explosiones, de las que el régimen de Bachar al Asad siempre ha responsabilizado a “grupos terroristas”.

 

Hace tres días, un coche bomba estalló cerca del Ministerio sirio de Información en la capital, lo que causó daños materiales pero ninguna víctima, y al menos seis policías murieron al explotar una motocicleta bomba a las afueras de una mezquita en el barrio de Ruknedin, en el norte de Damasco.

 

La violencia persiste en Siria mientras el nuevo enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Lajdar Brahimi, se reúne hoy en El Cairo con el secretario general de la organización panárabe, Nabil al Arabi, y gobernantes egipcios para hallar una solución política a la crisis.