Washington. El activista mexicano Javier Sicilia fustigó hoy a los políticos estadunidenses que han claudicado ante grupos de interés y han dejado que México “se queme por la violencia que padece”, sin importar que Estados Unidos también sea víctima del problema.
“Ahora venimos a Estados Unidos a decir: señores ayúdennos, ustedes también nos metieron en este problema”, dijo Sicilia en una presentación organizada por el Centro Woodrow Wilson de Estudios Escolares.
El líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad reiteró que su presencia en la capital estadunidense no obedece a ningún afán de confrontación, “pero vengo a decirles que hay una parte de responsabilidad en el dolor que estamos viviendo”.
Acompañado por el analista Sergio Aguayo, así como por Aracely Rodríguez y María Herrera, madres de víctimas de la violencia en México, advirtió que una política de oídos sordos no solo es injusta sino que conlleva un negativo mensaje y tendrá repercusiones.
“Se está quemando nuestra casa; (el fuego) los va a quemar a ustedes, ya los empieza a quemar”, advirtió el poeta.
Por ello se pronunció a favor de un diálogo bajo la premisa de la responsabilidad compartida “en la mesa de la cocina; es como se resuelven los problemas en este país”.
Si ello no es posible, dijo, “simplemente nos van a dejar muy solos y van a seguir siendo solidarios con el crimen”.
Esta solidaridad, explicó, deriva de la demanda de droga –“a veces de mala calidad”- por parte de los 23 millones de adictos que existen en este país, y la vejación de la segunda enmienda constitucional en que incurren las actuales políticas en la materia.
Dicha enmienda es la que posibilita a los estadunidenses la compra, tenencia y el porte de armas.
Desestimó las críticas de quienes los acusan de pretender asaltar esta garantía y dijo que por el contrario “venimos a decirles que ustedes están humillando a la segunda enmienda, al vender armas de exterminio, al no controlarlas, al ponerlas en manos de quien sea”.
“(Detrás de estas armas) están nuestros muertos, está nuestro dolor, están nuestros hijos inocentes desaparecidos”, enfatizó.
Lamentó que “en este país nadie quiere tocar el tema de las armas, porque se enojan los señores de la asociación (nacional) del rife (NRA); nos quitan votos, dicen (los políticos). En este país nadie quiere tocar el tema de las drogas, porque se enojan los puritanos”.
“Y mientras tanto se nos está yendo la democracia, se nos están yendo los hijos, se nos está yendo todo, en la violencia, en la muerte”, apuntó.
Dijo estar consciente de “que no vamos a resolver los problemas, pero hemos venido a sembrar unas semillas y hemos logrado algo importante, que los ciudadanos mexicanos, los ciudadanos estadunidenses hagamos un trabajo de diplomacia ciudadana”.
En su turno, María Herrera, quien tiene a cuatro de sus hijos desaparecidos, hizo desde el estrado un llamado de madre a madre, a la primera dama estadunidense, Michelle Obama.
“Yo quisiera que la señora Obama se tocara el corazón y que hiciera algo por nosotros, por todas las madres mexicanas”, clamó la mujer sin poder contener el llanto.