El presidente estadounidense, Barack Obama, confirmó hoy la muerte del embajador de EEUU en Libia, Chris Stevens, y de otros tres norteamericanos en el ataque contra el consulado de su país en Bengasi.

 

“Condeno enérgicamente el atroz ataque a nuestras instalaciones diplomáticas en Bengasi, que ha arrebatado las vidas de cuatro estadounidenses, incluido el embajador Chris Stevens”, afirma Obama en una declaración distribuida por la Casa Blanca.

 

El presidente agrega que se han tomado medidas para la protección del personal estadounidense en Libia y “para aumentar la vigilancia en nuestros puestos diplomáticos en todo el mundo”.

 

“Estados Unidos rechaza los esfuerzos para denigrar las creencias religiosas de otros, pero todos debemos oponernos, sin equívocos, al tipo de violencia insensata que quitó la vida a estos empleados públicos”, continuó.

 

Obama describió al embajador Stevens como “un representante valiente y ejemplar de Estados Unidos”.

 

El embajador estadounidense, Chris Stevens y otros tres norteamericanos murieron en un ataque contra el consulado en la ciudad oriental de Bengasi por manifestantes furiosos por una película que se burla del profeta islámico, Mahoma.

 

Stevens murió el martes por la noche cuando él y un grupo de empleados de la embajada fueron al consulado a tratar de evacuar el personal. Los manifestantes estaban disparando cohetes y lanzagranadas.

 

El ataque contra el consulado en Bengasi se produjo mientras centenares de manifestantes en el vecino Egipto escalaron los muros de le embajada estadounidense en El Cairo y arrancaron la bandera norteamericana y la reemplazaron con una bandera islámica.

 

Fueron los primeros ataques contra instalaciones diplomáticas estadounidenses en ambos países en momentos en que tanto Libia como Egipto luchan por salir de la turbulencia política que siguió a los derrocamientos en revueltas populares de sus respectivos gobernantes, Moamar Gadafi y Hosni Mubarak.

 

Las protestas en ambos países se debieron a la ira que suscitó una película que ridiculiza a Mahoma y que fue producida por un estadounidense en California. La cinta es promocionada por un cristiano egipcio que efectúa una intensa campaña antimusulmana en Estados Unidos.