Si con Melancholia, Lars Von Trier le dio una nueva estética a la paranoia del fin del mundo, con Seeking a Friend for the End of the World, su directora, la debutante (ya con experiencia como guionista) Lorene Scafaria, otorga una visión más terrenal del mismo escenario, resultando en un filme cercano y entrañable para el espectador.
Mientras la película del danés se enfoca en los últimos días de una familia aristócrata que vive en una gran mansión en medio de la nada, Scafaria prefiere personajes cotidianos, habitantes de una gran ciudad que sin embargo comparten la soledad y desasosiego de los primeros, expresados aquí en forma de una melancólica comedia romántica.
Dodge (Steve Carell) es un agente de seguros que ha sido abandonado por su esposa luego de que se hace pública la noticia: el meteoro “Matilda” se estrellará inevitablemente contra la tierra en tres semanas. Deprimido, no tanto por el apocalipsis que viene sino por su vida misma, Dodge ve con cierto desdén las diferentes reacciones de la gente ante el ocaso terrestre: desde la gozosa anarquía que permite toda clase de excesos sexuales, culinarios y químicos -“¡alguien trajo heroína!”-, hasta la violencia de los disturbios urbanos pasando por la dulce calma de los que esperan, resignados, el último día al pie de una hermosa playa.
En medio de aquel caos, Dodge conoce a Penny (Keira Knightly, despojada de todo el glamour de las cintas de época) su joven vecina que ha perdido el último vuelo comercial que la llevaría a encontrarse con sus padres. Así, la cinta se convierte en un road movie donde la singular pareja (el de 40, ella de veintitantos) irá en búsqueda de aquellos con los que desean pasar el fin de los tiempos.
Si bien es cierto que cintas sobre el fin del mundo hay muchas, Buscando a un amigo para el fin del mundo (su título en español) se vuelve original toda vez que está completamente alejada de los desvaríos explosivos del Hollywood más tradicional (Michael Bay, Roland Emmerich), para mejor entregar una pieza que no sólo intenta evitar los clichés propios de dos géneros -la comedia romántica y el cine de desastres- sino que resuelve de manera irreprochable, aunque dolorosa, la historia de estas dos soledades cuya tragedia es la falta de tiempo.
Esta extraña mezcla entre comedia y depresión post apocalíptica funciona en gran medida gracias a la enorme química (tan inesperada como efectiva) entre sus protagónicos Keira Knightly y Steve Carrell, entregando este último el mejor resumen de sus habilidades: un registro que se encuentra entre su magnífico Virgen a los 40 y el depresivo tío Frank de Little Miss Sunshine. Sin duda esta es una de las mejores actuaciones del afamado comediante.
Divertida, honesta, romántica aunque sin caer nunca en los desfiladeros de lo cursi; bien podría pensarse en esta cinta como la hermana menor de aquella de Von Trier; ambas memorables, ambas entrañables, pero aquí con un mensaje que cala más hondo: si el final es inminente, más valdría dejar de perder el tiempo con la gente equivocada.
Buscando a un amigo para el fin del mundo
Dir. Lorene Scafaria
3 de 5 estrellas.
Guión: Lorene Scafaria. Con: Steve Carell, Keira Knightley, entre otros.
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