Japón anunció hoy un plan para poner fin de forma progresiva al uso de la energía nuclear en un plazo de 30 años, como consecuencia del impacto que ha tenido el accidente nuclear de la planta de Fukushima.
“El gobierno tomará todas las medidas posibles para que la producción nuclear sea cero en la década de 2030”, indicó el Ejecutivo en un documento que sienta las bases sobre el futuro energético de la tercera economía del planeta.
De esta forma, Japón planea dejar de construir centrales nucleares, detener las que llevan activas más de 40 años y estudiar la reactivación de los reactores que, tras el accidente de Fukushima en marzo de 2011, fueron detenidos para estudiar su nivel de seguridad.
Ello supone un giro de 180 grados en la política energética del archipiélago nipón, país sin petróleo y de potente sector industrial que en 2011 obtenía un 30 por ciento de su electricidad de la energía nuclear.
Además, antes del accidente nuclear de Fukushima, provocado por un terremoto y tsunami en marzo de 2011, el Estado nipón planeaba que un 50 por ciento de su electricidad en 2030 fuera generada por medio de la energía nuclear.
El accidente de Fukushima provocó un debate nacional acerca del uso de la energía nuclear en Japón, un país muy sensibilizado por esta cuestión desde la explosión de las dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki durante la II Guerra Mundial.
Una mayoría de la sociedad japonesa aboga, según los sondeos, por reducir la dependencia de la energía nuclear, pero los industriales nipones y el gobierno se habían manifestado a favor de mantener al menos un porcentaje activo para que la economía no se resienta.