Pekín. Miles de personas se manifestaron hoy en decenas de protestas antijaponesas en toda China que en ocasiones se tornaron violentas, en medio de la escalada de tensión entre ambas potencias por la soberanía de las islas Diaoyu.
La principal de las concentraciones se produjo ante la sede de la Embajada nipona en Pekín, en el distrito de Chaoyang, en la que miles de personas se concentraron para protestar contra la compra esta semana por parte de Tokio de tres de los islotes del archipiélago.
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La Policía, reforzada por paramilitares y fuerzas del orden no uniformadas, cortó el tráfico de las calles en torno a la legación diplomática y formó un cordón en torno al edificio.
Frente al cordón, los manifestantes, que portaban numerosas banderas y retratos del que fuera líder del país Mao Zedong, coreaban lemas como “Abajo Japón” o “las Diaoyu son chinas”, según explicaron testigos presenciales.
Muchos manifestantes arrojaban botellas de agua y otros objetos contra la Embajada. Algunos de los proyectiles cayeron en la zona habilitada para la prensa.
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Uno de los participantes, un estudiante de la Universidad de Pekín de 24 años, que no quiso proporcionar su nombre, declaró a Efe que los chinos “tenemos que defender lo que es nuestro”.
A lo largo de la mañana, algunos de los manifestantes habían arrojado huevos contra restaurantes y tiendas japonesas en las cercanías de la legación. Otros también intentaron lanzar huevos contra la bandera nipona que ondea en la Embajada.
Las manifestaciones se sucedieron también en otras ciudades chinas, como Shanghái, Chongqing o Kunming, donde los internautas chinos colgaron en las redes sociales del país numerosas fotografías de las concentraciones.
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A lo largo de toda la semana se habían producido manifestaciones antijaponesas en diversas ciudades del país, aunque hasta ahora su alcance había sido mucho más reducido y se habían desarrollado de manera pacífica.
En Tokio, el canciller japonés, Koichiro Gemba, instaba hoy al Gobierno chino a garantizar la seguridad de sus ciudadanos ante las protestas.
El viernes, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hong Lei, había asegurado que la seguridad de los japoneses en China estaba garantizada.
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“China es un país donde impera la ley, los ciudadanos japoneses están a salvo en China y serán protegidos de acuerdo a la ley. Al mismo tiempo, pensamos que los chinos tienen que expresar sus ideas racionalmente y sin infringir la legislación”, indicó el portavoz.
Las protestas se producen después de que el viernes se recrudeciera la tensión entre ambos países al entrar varias patrulleras chinas en aguas de las islas, administradas por Japón (que las conoce por el nombre de Senkaku) y cuya soberanía reclama Pekín, lo que motivó la contundente protesta de Tokio.
La iniciativa china se produjo como respuesta al anuncio, el martes, de que Japón había comprado por el equivalente de unos 26,3 millones de dólares tres islotes del archipiélago deshabitado a su propietario privado, un millonario nipón.
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El archipiélago cuenta con una superficie de unos 7 kilómetros cuadrados y está situado a 150 kilómetros al noreste de Taiwán y a 200 al oeste de la isla nipona de Okinawa.
La tensión entre ambos países se incrementó el pasado mes, cuando varios activistas chinos desembarcaron en las islas para reclamar su soberanía, lo que condujo a su deportación por las autoridades japonesas, y pocos días después, un grupo de nacionalistas japoneses realizó otro desembarco no autorizado como contraprotesta.
Las manifestaciones de hoy se producen apenas tres días antes de que se conmemore el aniversario del incidente de Mukden, en la actual Shengyang, que dio pie a la invasión japonesa del territorio chino de Manchuria en 1931.