Marcelo Ebrard Casaubon, jefe de Gobierno del DF, llega a su sexto y último informe de gobierno como la principal figura del PRD por dos razones: la separación de Andrés Manuel López Obrador de ese partido y su sólida aspiración presidencial rumbo a 2018.
A tres meses de concluir su gobierno, que inicio el 5 de diciembre de 2006, porta la distinción del mejor alcalde del mundo, que le otorgó la Fundación City Mayors en 2010, y acaba de ser designado como presidente de la Red Global de Ciudades Seguras de Naciones Unidas para el periodo 2012-2016.
Hoy rendirá su último informe de gobierno ante la VI Legislatura de la Asamblea Legislativa, pero en un ambiente terso por el formato, que no permite preguntas ni reclamos de la oposición, lo cual ha sido criticado por el PAN y Nueva Alianza.
En 2011, el mandatario capitalino tenía el propósito de abandonar la administración local y contender por la Presidencia. Desde 2010 había preparado una estrategia y montado una estructura alterna al PRD con la Fundación Equidad y Progreso para construir su candidatura y promover su imagen en el interior del país.
Sin embargo, tras ser derrotado por López Obrador en la contienda interna de los partidos de izquierda, PRD, PT y Movimiento Ciudadano, en noviembre del año pasado, Ebrard se atrincheró en el gobierno de la ciudad para tomar las riendas del proceso electoral logrando blindar la capital del país del PRI, disminuir el “efecto Peña Nieto” y garantizar una votación histórica para la izquierda y su sucesor Miguel Ángel Mancera.
Aunque desde entonces advirtió que su aspiración por la Presidencia de México seguiría vigente y se pondrá a trabajaren ello a partir del 6 de diciembre, en cuanto termine su mandato en la Ciudad de México.
Al retomar su papel de jefe de Gobierno mantuvo un bajo perfil en el periodo electoral, de febrero a julio, pero en los meses de campaña optó por inaugurar las obras emblemáticas de su sexenio como la Línea 12 del Metro, que correrá de Tláhuac a Mixcoac.
Además de culminar la Línea 4 del Metrobús, que conecta Buenavista con el Aeropuerto capitalino.
A finales de 2011, echó a andar el Centro de Control Comando Comunicación y Cómputo, que permite tener vigilada la ciudad con más de ocho mil cámaras de video, y concluyó las obras del emisor oriente y el cierre del bordo poniente.
No obstante, en el arranque del último año de gobierno de Ebrard, la ciudad enfrentó una crisis por no contar con un espacio para deshacerse de los residuos sólidos y vino una escalada de la violencia, registrándose balaceras, incluso en el centro de la capital.