Es menos famoso que Einstein. Menos conocido aún que Leonardo. De más está decir, menos que Stephen Hawking.

 

Y, todavía más irritante para sus admiradores, considerablemente menos famoso que su archienemigo Thomas Edison, publica BBC.

 

Sin embargo, su trabajo sirvió para que el dispositivo que usted está usando para leer este artículo esté encendido.

 

En una nota titulada “El científico que debería ser famoso y que muy pocos conocen“,  destaca que el motor de inducción que inventó -y que funciona con corriente alterna- fue un paso crucial para el desarrollo de los sistemas eléctricos modernos.

 

Mark Twain, amigo de Tesla, describió su invento como “la patente más valiosa desde la aparición del teléfono”.

 

Tesla estaba del lado de los ganadores en la “Guerra de las corrientes” -como se llamó a la batalla entre George Westinghouse y Thomas Edison, por ver qué tipo de corriente se emplearía para la trasmisión eléctrica.

 

De un lado estaban los defensores de la corriente alterna (CA), incluido Tesla, y por otro los de la corriente continua o directa (CC), con Edison a la cabeza. Pero, en términos de posteridad, el tiempo no fue bueno con Tesla.

 

Los aficionados a la tecnología o geeks lo adoran y hasta existe un banda de rock y un cráter en la Luna llamados Tesla.

 

Aunque su reputación no se iguale a la de Edison, lo cierto es que Tesla se ha convertido en una figura de culto.

 

Nacido en lo que hoy es Croacia, de padres serbios, Tesla desarrolló vehículos a control remoto, tecnología inalámbrica y es el padre de la primera planta hidroeléctrica en las cataratas del Niágara. Era un excéntrico, creía que el celibato estimulaba el cerebro y se dice que se enamoró de una paloma.

 

En la actualidad hay en marcha un proyecto para transformar su antiguo laboratorio en un museo, con fondos recolectados por sus seguidores, quienes a través del sitio de internet The Oatmeal, lograron reunir más de 850,000 dólares, cifra que será duplicada por autoridades de Nueva York, para consolidar el proyecto.

 

El obstáculo para la Corriente Alterna de Tesla eran los motores, pero este diseñó un motor de inducción y un transformador para resolver el problema. La corriente directa de Edison funcionaba bien en los bombillos de luz pero no servía para trasmitir electricidad a larga distancia.

 

La CA fue respaldada por la Westinghouse Corporation. Su voltaje podía subirse y bajarse con facilidad y por esta razón era mucho más sencillo transportarla.

 

Sin embargo, Edison trató de desacreditar la nueva tecnología, calificándola de peligrosa. Organizó electrocuciones públicas de animales -incluido un elefante- y financió secretamente el desarrollo de la primera silla eléctrica que, según él, mostraba los peligros de la CA. De allí que el porqué Tesla no se encuentra en la memoria popular.

 

Pero esta contra campaña no fue suficiente para opacar su descubrimiento. Los sistemas para transportar energía eléctrica a larga distancia y que trasmiten electricidad a 400 mil vatios, conforman hoy uno de los legados más valiosos de Tesla.