MADRID. El histórico dirigente del Partido Comunista de España (PCE) Santiago Carrillo falleció ayer a los 97 años, tras una prolongada trayectoria política y un destacado papel en la transición a la democracia española.
El veterano político, que había sufrido en la última semana un empeoramiento en su estado de salud, falleció en su domicilio de Madrid mientras dormía la siesta, informó su familia.
Su extensa trayectoria política y el papel que jugó en los decisivos momentos de la transición tras la muerte de Francisco Franco fueron valorados por las fuerzas políticas españolas.
Los reyes de España Juan Carlos y Sofía acudieron al domicilio del fallecido para expresar a la viuda y a sus hijos sus condolencias.
El presidente del Gobierno y líder del Partido Popular (PP, centroderecha), Mariano Rajoy, elogió la actuación de Carrillo en la etapa de la Transición en un telegrama enviado a sus familiares.
“El destacado papel que desempeñó durante la Transición y su contribución al orden constitucional, al nuevo marco de convivencia y a un futuro común sin abandonar sus profundas convicciones, perdurarán como referente para la política española”, señaló Rajoy.
El Partido Popular, a través de Carlos Floriano, destacó que el histórico dirigente del PCE “supo anteponer los intereses de la Constitución, de la armonía y de la convivencia entre españoles a sus intereses de partido y de persona”.
Carrillo es reconocido como uno de los artífices de la transición de la dictadura de Franco a la democracia por su influencia en las negociaciones y en la firma de los llamados “pactos de la Moncloa”, los acuerdos de 1977 con los que las fuerzas políticas españolas anclaron la democracia en un momento de gran dificultad.
Santiago Carrillo nació en Asturias, en el norte de España, el 18 de enero de 1915 y con solo 13 años, en 1928, comenzó su actividad política en las Juventudes Socialistas.
Durante la Guerra Civil (1936-1939) fue delegado de Orden Público en Madrid y en 1939, al final de la contienda, comenzó un largo exilio de 38 años que le llevó a la extinta Unión Soviética, EU, Argentina, México, Argelia y Francia.
Regresó clandestinamente a España en 1976, un año antes de que fuera legalizado el PCE, al que se había afiliado en julio de 1936, y por el que fue elegido diputado en 1977, en las primeras elecciones democráticas, y luego reelegido en 1979 y 1982.
Durante su etapa como delegado de Orden Público y miembro de la Junta de Defensa de Madrid (1936) se le responsabilizó de la matanza de militares sublevados en la localidad madrileña de Paracuellos del Jarama, aunque Carrillo siempre sostuvo que fue obra de descontrolados.
El histórico dirigente comunista, que abandonó el PCE en 1985, dedicó sus últimos años a escribir libros y artículos, y a dar conferencias.
Su capilla será instalada en la sede del sindicato Comisiones Obreras (CCOO), cerca del Congreso de los Diputados, y sus cenizas serán esparcidas en el mar Cantábrico, en la costa asturiana donde nació, según revelaron sus hijos, y como era su deseo. EFE