TOKIO. Japón extremó la vigilancia en torno al archipiélago que se disputa con Pekín en medio del incremento de la tensión, que ha llevado a varias empresas japonesas a paralizar temporalmente sus operaciones en ese país.

 

La guardia costera nipona avistó un barco chino cerca de aguas territoriales del conflictivo archipiélago, conocido como Senkaku en Japón y Diaoyu en China, lo que llevó al centro de gestión de crisis del Gobierno nipón a activar una oficina de información para seguir de cerca la situación.

 

Varias horas después los guardacostas de Japón, país que administra formalmente las islas, informaron de que otra decena de barcos chinos se encontraban cerca de las aguas vecinas a esas islas deshabitadas, situadas en el Mar de China Oriental y de menos de 7 kilómetros cuadrados.

 

El primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, aseguró que su Gobierno llevará a cabo una intensa vigilancia y control de todos los movimientos en las aguas que rodean al pequeño archipiélago, rico en recursos pesqueros y que se cree alberga también reservas de hidrocarburos.

 

Según la televisión Fuji TV, en caso de que pesqueros chinos se acerquen al archipiélago el Gobierno de Japón está preparado para crear una “zona de defensa” en la que unos 30 barcos de la guardia costera harían una especie de “muro” alrededor de las conflictivas islas.

 

En la zona, además, se encuentra un buque de las Fuerzas de Auto Defensa (Fuerzas Armadas niponas) enviado por el Ministerio de Defensa para garantizar el mantenimiento del orden, indicó la misma cadena.

 

La estrecha seguridad en la zona no impidió que a primera hora de hoy dos activistas nipones alcanzaran la isla de Uotsuri (la mayor del pequeño archipiélago) a nado desde un bote de un pesquero con el que se habían acercado a la zona, tras ignorar las advertencias de las patrulleras niponas.

 

Ambos estuvieron poco tiempo en las islas antes de regresar al barco y ser interrogados por la Guardia Costera, ya que, aunque para Japón las islas son territorio estatal, los nipones que deseen desembarcar en ellas necesitan una autorización especial.

 

La tensa situación despierta temor en Japón por los importantes intereses económicos en China, país que recibe casi un cuarto del total de las exportaciones niponas, lo que en 2011 fue equivalente al récord de 161 mil 500 millones de dólares.

 

Además, el año pasado Japón realizó inversiones directas por 12 mil 649 millones de dólares en la segunda economía mundial (un 74.4% más que en 2010). EFE