El que el ahora presidente electo Enrique Peña Nieto haya dejado constancia, en su paso como gobernador del Estado de México, de que conoce la figura de las Asociaciones Público-Privadas (APP) para el desarrollo de infraestructura es motivo de optimismo para los industriales del sector de las telecomunicaciones.

 

Al cierre de la semana pasada, en el contexto de la XXXIII Convención Anual Nacional de CANIETI, directivos de empresas como Megacable y Alestra expresaron con contundencia que no habrá más inversiones para ampliar el servicio de Internet de Banda Ancha, a menos que el gobierno se asocie con recursos públicos en proyectos de esta índole.

 

Esto a la luz de que las personas -físicas y morales- que puede pagar los servicios de Banda Ancha disponibles ya está cubierta. En otras palabras, la punta de la pirámide poblacional goza de un internet, digamos “decente”; el resto, por pertenecer a la clase socioeconómica menos favorecida, no son target.

 

Es ahí donde los industriales del sector ven al gobierno inyectando recursos públicos, asociados en un esquema APP.

 

Al escuchar ese planteamiento me pregunté: ¿Los problemas de penetración de internet, lo errático -por decir lo menos- del servicio de Ancho de Banda a nivel nacional, entre otros, son problemas nuevos? La respuesta fue obvia: No.

 

Entonces, ¿por qué no se hizo ese planteamiento de sociedad al gobierno ahora saliente? ¿O será más bien que los encargados de estos temas en la administración de Felipe Calderón nomás no quisieron entrarle a ampliar en calidad y cobertura el tema de Banda Ancha y prefirieron arremeter contra concesionarios de frecuencias supuestamente subutilizadas, como la 2.5 GHz en manos de MVS?

 

Lo que haya sido. México no puede depender de la miopía de políticos insensibles ni ser rehén de empresarios voraces. Me parece que más allá de philias y phobias el gobierno entrante cuenta con el beneficio de la duda. Y eso debería darle luz al optimismo.

 

De la mayor penetración de internet de calidad y con ancho de banda dependen, además de la actividad empresarial y las comunicaciones cotidianas, la educación, asignatura clave para el desarrollo social del país, para elevar la calidad de vida de las futuras generaciones y para modernizar a México ante los ojos del mundo.

 

Ildefonso Guajardo Villarreal, coordinador de Vinculación con Empresarios del equipo de transición de Enrique Peña Nieto, aseguró en la citada Convención de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información, que la nueva administración promoverá las APP para el desarrollo de infraestructura.

 

Quiero creer en ello. Quiero creer en los industriales del sector. Quiero creer. El país cuenta con talento humano, cuenta con un sinfín de ventajas competitivas que, por ambiciones, pago de favores y corruptelas, generaciones enteras no hemos podido verlas traducidas en un bienestar social real.

 

El mundo ve hoy a México inserto en la geografía centroamericana en términos de competitividad en muchos frentes. Y, siendo honestos, tenemos todo para ser simétricos en mucho a América del Norte. Lo único que hace falta es un liderazgo moderno, visionario y con ganas de trascender.

 

Por lo pronto la CANIETI, que preside Santiago Gutiérrez Fernández, hizo un firme compromiso de focalizar todos sus esfuerzos en el desarrollo de mejores políticas públicas que favorezcan la innovación y el desarrollo competitivo de las Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información.

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