Mientras China y Japón disputan la defensa de su soberanía en las islas Diaoyu, en México un grupo de empresarios ofrece siete ubicadas en el Pacífico, Golfo de México y El Caribe a millonarios de cualquier nacionalidad.

 

Private Islands, una empresa canadiense; Vladi Private Sands, una firma alemana, y Mario Brazzale, una compañía dominicana, son las más activas ofreciendo islas mexicanas al mejor postor.

 

Private Islands vende la llamada Caribbean Island, ubicada en Quintana Roo, como un terreno privado con playas de arena blanca y exuberantes selvas verdes bordeadas por agua turquesa.

 

“La isla privada es ideal para los desarrolladores e inversionistas interesados en afincar un proyecto para los viajeros internacionales. Tiene una extensión de 148 hectáreas y un precio de nueve millones de dólares”, explica la empresa.

 

La compañía con sede en Ontario, Canadá, también comercializa Isla Esmeralda, localizada en Barra del Tordo en Tamaulipas, como un espacio ideal para una casa de vacaciones, que está a tres horas y media de Texas.

 

Con un precio de 145 mil dólares, promete que en las inmediaciones hay una serie de inversiones relacionadas con el turismo, restaurantes, club de golf, área residencial y campo de conservación de tortugas marinas.

 

“No hay construcciones y el vecino tiene una pequeña casa y un muelle de 10.5 millas en el Golfo de México”.

 

A Isla Macapule, un lote de tierra frente a las costas de Sinaloa, la describe como idónea para el desarrollo turístico, un campo de golf y un gran número de villas y condominios.

 

Los propietarios de la isla localizada en el Mar de Cortés están dispuestos a venderla en 95 millones de dólares o hacer un joint venture, un proyecto o una coinversión, destaca la canadiense.

 

Las dos mil 100 hectáreas de la isla se encuentran a sólo 150 metros de la costa y su proximidad inusual al continente facilitará enormemente cualquier proyecto, presume.

 

Private pide tres millones de dólares por Isla Platanitos, localizada en una zona ecológica protegida de Puerto Vallarta, Jalisco, donde la tierra y el mar se unen para la observación de aves, anidación de tortugas marinas y ballenas jorobadas.

 

“No hay multitudes ni vendedores, sólo los pelícanos, pájaros fragata y espátulas rosadas en las 10 hectáreas”, asegura.

 

Vladi Private Sands, empresa alemana que presume haber vendido dos mil islas en las últimas cuatro décadas, ofrece en 35 millones de dólares a Isla de Altamura, que es una de las pocas áreas no dañada por el hombre en el mundo. La compañía, que ha ayudado al gobierno irlandés a valuar sus islas cuando las expropia, explica que en el lote situado en el Mar de Cortés en Sinaloa se pueden construir bungalows, así como un spa de lujo. Altamura tiene extensión de 10 mil hectáreas (casi dos veces el tamaño de Manhattan), dice la firma.

 

La empresa Mario Brazzale remata a la Isla Bonita, situada en Nayarit, en tres millones 900 mil dólares. En las 3.5 hectáreas se puede desarrollar un resort tropical con lagunas de agua salada, cabañas con techo de paja y senderos adornados con cocos.

 

“La zona está llena de bellezas naturales y actividades al aire libre en los alrededores del Santuario Ecológico Platanitos”.

 

La compañía, que opera desde El Caribe, vende en 35 millones de dólares a Isla Cerralvo, la cual está deshabitada y es propiedad privada situada en el Mar de Cortés, en Baja California.

 

La construcción de un complejo ecológico exclusivo en las 14 hectáreas atraerá a turismo ecológico del extranjero.

 

“La parte sur de la isla ofrece el mayor potencial, y está en un área aproximadamente del tamaño de La Paz”.

 

Dice a los futuros compradores que necesitarán la instalación de una planta de generación de energía, una de desalinización de agua potable y una de tratamiento de aguas residuales para la recuperación y reutilización de aguas residuales tratadas para el riego de áreas verdes.

 

El Artículo 48 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que las islas son propiedad de la nación y sólo las habitadas cuando se promulga la Constitución de 1917 no le pertenecen al gobierno, es decir Isla Mujeres y Cozumel.

 

“Casi todas las islas de México ya se encuentran protegidas y las islas del Pacífico de Baja California se encuentran en camino de serlo”, escribió Mariano Francisco Saynez Mendoza, secretario de Marina, en la presentación de la investigación: Islas de México, un recurso estratégico.

 

El documento publicado en 2010 expone que en las islas mexicanas se  encuentra la soberanía, los recursos naturales y la biodiversidad. En la República Mexicana se estima la existencia de dos mil 500 islas.

 

Sin embargo, las empresas con experiencia en valuación de islas en Grecia, Irlanda, Islandia, naciones con serios problemas económicos y El Caribe, prometen a sus futuros clientes que esos lugares en México son ideales y tienen un alto potencial para construir proyectos de lujo para hospedar a viajeros.

 

Las valuadoras destacan que son territorios vírgenes y no han sido habitados por seres humanos.

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