El piloto alemán de Red Bull, Sebastian Vettel, ganó ayer el Gran Premio de Singapur por segundo año consecutivo, lo que lo catapultó al segundo puesto del campeonato de pilotos de la Fórmula Uno.
Vettel heredó la punta del británico Lewis Hamilton, de McLaren, que partió en el primer lugar y lideró la carrera hasta que tuvo problemas con su caja de cambios en la vuelta 22 y se tuvo que retirar.
Fue la segunda victoria de la temporada para Vettel, el campeón defensor, después de su triunfo en Bahréin.
“Nos beneficiamos un poco por la falla de Lewis”, dijo Vettel. “Tuvimos un ritmo muy fuerte todo el fin de semana y un buen arranque, lo que nos dejó a la caza”.
La caja de cambios de Hamilton estuvo goteando líquido durante varias vueltas antes de que se retirara. Cuando su coche se detuvo, personal del equipo le dijo a Hamilton por la radio “hicimos todo lo que pudimos ayer”, lo que sugirió que sabían que había un problema, pero no estaban dispuestos a asumir una penalización en la parrilla de partida para cambiar la caja de cambios antes de la carrera.
Jenson Button, compañero de equipo de Hamilton, terminó segundo en el circuito de Marina Bay, por delante del español Fernando Alonso, de Ferrari, cuya ventaja en la clasificación general de pilotos se redujo de 37 a 29 puntos cuando quedan seis carreras.
“Se ve mejor que antes”, dijo Vettel. “Es un campeonato difícil pero todavía estamos en la lucha y esperando ansiosos las próximas carreras, y la meta es derrotar a Fernando”.
Paul di Resta, del equipo Force India, acabó cuarto por delante de Nico Rosberg de Mercedes. Kimi Raikkonen de Lotus fue sexto y su compañero Romain Grosjean llegó séptimo.
El brasileño Felipe Massa, de Ferrari, terminó octavo y el mexicano Sergio Pérez, de Sauber, décimo.
Michael Schumacher, de Mercedes, se retiró tras un fuerte choque contra Jean-Eric Vergne, lo que provocó la segunda paralización de la carrera, que terminó al alcanzar el límite de tiempo de dos horas, dos vueltas antes del final programado. (AP)