La firma taiwanesa Foxconn, principal fabricante de los productos de Apple en China, reabrió hoy su planta en la ciudad de Taiyuan (norte), tras decidir cerrarla el lunes debido a una “pelea” la noche del domingo entre varios empleados en la que cuarenta personas resultaron heridas.
“La línea de producción de la planta ha vuelto a la normalidad a primera hora de esta mañana”, confirmó a Efe el portavoz de la empresa, Simon Hsing, desde Taiwán, sede de la firma.
El portavoz aseguró que, a pesar del día de parón, el suministro de productos no se verá afectado.
Foxconn decidió mantener cerrada la fábrica en Taiyuan el lunes después del incidente del domingo, en el que se vieron envueltos hasta 2.000 trabajadores, y de los que aproximadamente diez siguen en el hospital, según comentó Hsing.
La agencia Xinhua confirmó ayer que tres trabajadores están en estado “grave”, si bien Hsing descartó hoy que hubiera fallecidos.
Aunque la normalidad ha vuelto a la planta, el portavoz destacó que están a la espera de los informes de las autoridades chinas sobre lo ocurrido el fin de semana.
Un dispositivo de más de 5 mil policías fueron trasladados hasta la planta la noche del domingo para controlar la disputa, algo que hasta el lunes no consiguieron.
Frente a la versión oficial y la de la compañía, algunos medios indican que los trabajadores se concentraron en la noche del domingo como protesta por las condiciones laborales en las que trabajan.
El portavoz, contactado por Efe, volvió a rechazar hoy estas informaciones y enfatizó que el “incidente” se produjo en horas “no laborales” y que de la plantilla de 79.000 personas que tiene la planta de Taiyuan sólo participaron 2.000.
“La mayoría se involucraron como espectadores”, aseguró.
En la planta de Taiyuan, Foxconn fabrica componentes electrónicos de automóviles y de consumo.
El incidente se produce tras la salida al mercado del iPhone 5 el viernes y poco después de registrarse a principios de este mes un nuevo suicidio en las plantas de Foxconn, el segundo después del acuerdo firmado entre esta compañía y Apple para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores.
En base a este pacto, Foxconn se comprometió a reducir el horario laboral, mejorar los protocolos de seguridad y otros beneficios sociales a los ensambladores.
Antes de alcanzar el acuerdo con Apple, más de un centenar de trabajadores de la compañía amenazaron el pasado enero con suicidarse en masa saltando de un tejado de la fábrica en protesta por sus condiciones laborales.
Este suceso añadió presión a Apple, que aceptó que la organización independiente Asociación de Justicia Laboral (FLA, en su sigla en inglés) llevase a cabo una investigación, la cual desveló que los trabajadores chinos de la compañía trabajan, en ocasiones, más de 60 horas a la semana, algo que viola las leyes.