Irán ha cumplido su amenaza. Con la intención de crear su propia internet y como primer paso hacia esta independencia digital que consistirá en la creación de una intranet que únicamente servirá para navegar dentro del país, el gobierno islámico ya ha bloqueado el acceso a Google y a todos sus servicios. La televisión oficial iraní anunció que tanto Google como Gmail serían bloqueados “hasta nuevo aviso”. Según el Ministerio de Tecnología y Comunicaciones de Irán, el objetivo de esta decisión es proteger las comunicaciones de sus principales organizaciones gubernamentales, en primera instancia estableciendo filtros en el motor de búsqueda y en el servicio de correo electrónico de Google, y que culminará con un cerrajón definitivo a internet. Aunque, según algunos medios iraníes, no está claro si el acceso a la red se reduciría o eliminaría una vez que el sistema iraní se haya lanzado al mercado.

 

La pésima relación del gobierno iraní con Google ya viene de atrás. Las autoridades iraníes ya habían cortado de manera temporal el acceso a Google y a Gmail en febrero, en época de sus elecciones legislativas que se celebraron al mes siguiente. También en mayo el país islámico amenazó con demandar a Google por abandonar el término Golfo Pérsico de sus mapas de Google, dejando esta vía navegable entre Irán y la península Arábiga sin nombre. Entonces, muchos estados árabes se refieren a este paso como el “Golfo Arábigo”, algo que Irán consideró inadmisible. Muchos iraníes creen también que el bloqueo de Facebook y YouTube se debe al papel que jugaron como plataformas en las protestas tras la reelección del presidente M. Ahmadinejad, en 2009.

 

Lo más reciente es el caso del video anti-islámico subido a YouTube, titulado La inocencia de los musulmanes, y que Google se negó a retirar, a pesar de tener la petición expresa de la Casa Blanca para hacerlo. El contenido del video está protegido por la primera enmienda por lo que la compañía estadunidense YouTube también tiene el derecho de expresión, que incluye el derecho a tomar sus propias políticas.

 

Como consecuencia del video hubo ataques a posiciones estadunidenses en Libia con la muerte del embajador de Estados Unidos, Chris Stevens, y tres personas más. Google se defendió argumentando que el video no viola sus políticas y que lo que está bien en un país puede ofender en otro. No obstante, la empresa decidió suspender temporalmente el acceso al video en Libia y Egipto, los dos países donde las protestas tomaron un cariz más violento.

 

Los encontronazos de Google, Facebook y Twitter con los países islámicos se han sucedido uno tras otro. Es el caso del gobierno de Pakistán que en mayo de este año bloqueó Twitter después de que la red social se negara a retirar caricaturas de Mahoma. La indignación de los ciudadanos pakistaníes obligó al gobierno a revocar su decisión en menos de 24 horas. En 2007, un tribunal de Turquía ordenó a YouTube a ser bloqueado después de que negara a retirar videos considerados ofensivos para el fundador del país, pero la prohibición fue revocada dos años después.

 

Otro caso más. El activista egipcio de derechos humanos Wael Abbas encontró su cuenta de YouTube desactivada en 2007 tras la publicación de contenido violento que mostraba la brutalidad policial en su país. Su cuenta fue restituida, y YouTube cambió sus políticas permitiendo la violencia bajo la excepción de los videos que son “educativos” o “documentales”. Esta política permitió más tarde que activistas en Egipto, Túnez, Siria publicaran documentales de la violencia del régimen, sin ningún tipo de censura.

 

Expertos en internet señalan que Google debería adoptar la posición de Twitter que, cuando se ha enfrentado a problemas similares, no ha cedido a una política cambiante que ha adoptado Google donde el contenido puede ser “retenido” en un país, pero no en otros. Esto le hace a Google muy vulnerable a las demandas de determinados países, y que después le resulta difícil explicar por qué ellos mismos permiten la censura en un país y en otros no.

 

Investigadora del Proyecto Internet, Cátedra de Comunicaciones Digitales Estratégicas, Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México.

 

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