LISBOA. La capital de Portugal amaneció ayer con todas sus estaciones de metro cerradas y el servicio del suburbano paralizado por completo con motivo de una nueva huelga parcial de sus trabajadores en protesta por la política de ajustes del Gobierno.
Sindicatos y empresa informaron de que no circularon convoyes durante las primeras horas de servicio, desde las 06:00 hasta las 10:30 horas, lo que llevó a un mayor número de ciudadanos a optar por su vehículo particular y causó más problemas de tráfico de los ya de por sí frecuentes en la capital lusa.
Los empleados del metro lisboeta han protagonizado varios paros parciales, normalmente en las horas punta del servicio, durante los últimos dos años, todos ellos con una elevada adhesión.
El suburbano transporta diariamente a cerca de 450 mil personas, según los datos facilitados por la propia compañía.
La huelga fue convocada por los sindicatos para mostrar una vez más su rechazo a los recortes salariales aplicados a la plantilla y defender el metro como servicio público.
Los trabajadores se oponen a la posibilidad de una privatización de la compañía que gestiona el suburbano de Lisboa, enmarcada en los esfuerzos del Ejecutivo conservador luso por reducir el gasto público.
Portugal, país intervenido por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional desde hace año y medio, se ha comprometido a cambio de su rescate financiero a rebajar el déficit público hasta el 5% del PIB en 2012 y al 4.5% en 2013.
Para conseguirlo, el Gobierno del primer ministro Pedro Passos Coelho ha aplicado severas medidas de austeridad destinadas a cortar los gastos del Estado, al mismo tiempo que ha llevado a cabo una subida de impuestos generalizada para intentar mejorar la recaudación. EFE