(Fotos: Iván Castaneira / 24 HORAS) 

Como un poeta cuya poesía es reflexiva y lúdica, un ciudadano del mundo, un humanista que defiende a los seres humanos y a la voz calada de la poesía, fue distinguido el argentino Juan Gelman, a quien se entregó hoy la Medalla de Oro de Bellas Artes por su trayectoria literaria.

 

En la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, en esta ciudad, la presidenta del INBA, Teresa Vicencio Álvarez, aseguró que la de Gelman es una trayectoria brillante y gran trascendencia para la vida artística y cultural de este país.

 

“Rendimos homenaje al talento y tenacidad de Juan Gelman, originario de Argentina pero reclamado como propio no sólo por nosotros, sino por todo el mundo de habla hispana, acreedor de varios premios y reconocimientos”, dijo Vicencio en compañía de Patricia Vaca, embajadora de Argentina en México.

 

Al respecto, el Premio Cervantes de Literatura (2007), Juan Gelman (1930), celebró la presea y agradeció a autoridades del INBA por el citado homenaje.

 

“Es una honra esta medalla, en primer lugar porque lo otorga una institución señera en la cultura y las artes del país. Y en segundo lugar, porque ésto para mí, es otro de los tantos actos de generosidad que México ha tenido conmigo. La misma generosidad que ha tenido para los miles de refugiados de distintos países”, expresó.

 

En su intervención, el también Premio Reina Sofía (2005) aseguró que pese a la violencia en México no se irá, pues ha sido México el país con el que se ha encariñado, el que el dio una familia y del cual quedó maravillado.

 

“El primer día que pise este país en 1961, hace medio siglo y un año, me quedé absolutamente fascinado. Fue como un estallido dulce. Y hace 24 años, decidí establecerme en México, sostenido por este gran amor al país, y sostenido por el amor a una mujer; mi mujer.

 

“Al final, he escuchado conversaciones de quienes me han dicho irse de México, dado la violencia que desató la guerra contra el narcotráfico. Peor yo nunca me voy a ir de México, me quedaré aquí hasta que me lleven a tocar el violín a otro barrio. Yo me quedo en México”, mencionó.

 

Ante una sala abarrotada, los escritores Hugo Gutiérrez Vega, Marco Antonio Campos, Francisco Magaña y José Ángel Leyva elogiaron la obra literaria de Gelman y celebraron la presea, la cual señalaron, es más que merecida.

 

Gutiérrez Vega, amigo y colega del homenajeado, lo recordó como un poeta argen-mex y mencionó que su poesía “nos ayuda a reconciliarnos con los días y las noches y a redescubrir el asombro y la gloria de los alimentos terrenales”.

 

Dijo que estas satisfacciones salen de lo más profundo de su ser y agregó que su poesía es reflexiva y lúdica.

 

Conmovido, el también escritor, abogado y académico dijo que del repertorio campesino y de épocas arcaicas, Gelman obtiene sus palabras y “cuando no las encuentra adecuadas se las inventa”.

 

“Juan ejerce el oficio de la poesía, día y noche con dolor, con amor, con dolor, bajo la lluvia y en la catástrofe. Lo hace obligado por el dolor del mundo y las separaciones, pero también por los besos del encuentro.

 

“Por eso trabaja con palabras que son sangre, su alma poética llega a un extremo solidario que supera las delimitaciones del individualismo”, expresó.

 

Este homenaje a Gelman, indicó, nos permite pensar en algunos poetas de la Argentina, Borges, Enrique Molino, Fernández Moreno, entre otros, que delinearon el rostro de la poesía argentina.

 

“Juan sigue jugando con las palabras, inventándolas y olvidándolas. Sigue tu camino de independencia y lucha, defendiendo a tus muertos y vivos y a tus renacidos, porque al defender a tus personas, defiendes a las personas de este mundo injusto y violento”, apuntó.

 

En su oportunidad, José Antonio Leyva celebró la medalla de Gelman y lo calificó como un referente cultural en México, “pues sin perder su argentinidad ha echado raíces con semejante libertad como lo hicieron miles de exiliados en México con causas políticas”.

 

Dijo que tras el Premio Cervantes de Literatura, sólo le espera a Juan Gelman el Nobel de Literatura y afirmó que la Medalla de Oro de Bellas Artes, es un “mimo, un apapacho a un poeta universal que ha venido a nutrir lo local”.

 

Tras recordarlo como un regalo de la poesía, Leyva mencionó que se trata de un poeta espontáneo a su naturaleza y destino y a su propósito expresivo y comunicativo”. Marco Antonio Campos recitó luego un par de fragmentos de la obra de Gelman.