El Gobierno colombiano y las FARC prosiguen sus gestiones para instalar, a más tardar a mediados de octubre, la mesa de diálogo en Oslo que esa guerrilla había anunciado para el 8 de ese mismo mes.

 

A comienzos de septiembre, desde La Habana, en una conferencia de prensa en la que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dieron a conocer a parte de su equipo negociados, también anunciaron que esa mesa se instalaba el 8 de octubre.

 

Sin embargo, Caracol Radio aseguró hoy a través de su página electrónica que “el domingo 14 de octubre es la fecha definitiva para la instalación oficial de la mesa de negociación entre el Gobierno y las FARC”.

 

Una fuente gubernamental consultada por Efe recordó que la fecha del 8 de octubre fue anunciada por las FARC y no la confirmó ni la desmintió.

 

Según la versión radial, la postergación se debería a inconvenientes de logística.

 

El director el director del Semanario Voz (de tendencia izquierdista), Carlos Lozano, señaló a Caracol Radio que “los voceros (de las FARC) están ubicados en distintas zonas”.

 

“Sacarlos en medio de combates me parece que no es fácil. Eso a lo mejor es lo que retrasaría la iniciación, pienso yo”, agregó.

 

Por su lado, el presidente del Senado colombiano, Roy Barreras, señaló a esa emisora que el tema pasa por lo logístico y jurídico. “Hay que levantar órdenes de captura y digamos que es un tema de trámite. Vale la pena saber que en la primera quincena de octubre tendremos la buena noticia de esa instalación, cualquier día”.

 

De todos modos, el Gobierno y las FARC siguen adelantando gestiones discretas para comenzar lo que será el tercer intento oficial para buscarle salida al conflicto interno que azota al país andino desde hace casi medio siglo.

 

Es así como las partes ya definieron a “las cabezas” que los representarán en el proceso que luego de Oslo se trasladará a La Habana.

 

El exministro, exembajador y exvicepresdiente colombiano Humberto de la Calle Lombana fue designado por el presidente Juan Manuel Santos como jefe del equipo negociador, del que también hacen parte dos generales retirados, uno de la Policía y otro del Ejército; un filósofo y un representante de los empresarios del país.

 

La contraparte, las FARC, confiaron sus esfuerzos al número dos de su movimiento, Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”, quien estará rodeado de otros rebeldes que reúnen una mezcla del “ala dura” y la parte ideológica del movimiento.

 

El presidente Santos ha reiterado en varias oportunidades, la más reciente en Naciones Unidas, que afronta el proceso de paz con “moderado optimismo”.

 

Santos, que ha había tenido una baja significativa en las encuestas, repuntó y según un sondeo de la firma Detexco Company, difundido la semana pasada, aumentó en 18 puntos hasta el 62,97 % su imagen favorable tras su anuncio de iniciar un proceso de paz.

 

Entre tanto, las FARC han deslizado posiciones que dejan ver que la negociación será complicada al señalar, junto con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), su rechazo al Marco Jurídico para la Paz, aprobado por el Congreso colombiano y que sirve para sentar las bases legales de una eventual desmovilización.

 

El ELN ha expresado al Gobierno colombiano que puede contar con ellos para trabajar en un proceso de paz “real, estable, duradero y profundo”, después de que el mandatario colombiano dijo que también se podía sumar esa guerrilla.

 

El Gobierno iniciará las negociaciones con Cuba y Noruega como garantes y Chile y Venezuela como países acompañantes.

 

Las FARC y el Gobierno colombiano suscribieron el llamado “Acuerdo general para la terminación del conflicto” el pasado 26 de agosto en La Habana, tras seis meses de unas “conversaciones exploratorias”.

 

En la mesa de negociaciones estarán cinco representantes principales por cada parte, que tendrán un número igual de suplentes. EFE