PARÍS. La izquierda radical francesa mostró su rechazo a la austeridad y al tratado europeo de estabilidad en una masiva manifestación que recorrió las calles de París, la primera desde que el presidente, François Hollande, llegó al poder.
Más de 80 mil personas, según los organizadores, salieron a la calle para pedir un cambio de rumbo político, tres días después de que el Gobierno socialista aprobara el presupuesto más austero en tres décadas y dos días antes de que el Parlamento comience a debatir el tratado europeo, que impone recortes a las cuentas públicas de los Estados de la UE.
La policía no hizo estimaciones de participación al tratarse de una manifestación convocada por un partido político.
En el origen de la convocatoria estaba el Frente de Izquierdas, una coalición de partidos de extrema izquierda, entre ellos el Partido Comunista de Francia (PCF), liderado por Jean-Luc Mélenchon, que quedó cuarto de las pasadas elecciones presidenciales.
Mélenchon se apresuró a aclarar que la de hoy (domingo) no era una manifestación contra el Gobierno de izquierdas, pese a que la mayor parte de las pancartas de los participantes criticaban a Hollande.
Le reprochaban la “decepción” al no haber renegociado el tratado europeo de estabilidad tal y como se había comprometido en la campaña, y los recortes anunciados.
El líder del Frente de Izquierdas, que estuvo acompañado de figuras de la izquierda de otros países, destacó la importancia de detener el tratado europeo “para que la austeridad no sea la norma en toda Europa”.
“No nos manifestamos contra el Gobierno, pero el anterior presidente decía que no escuchaba a la calle y ahora esperamos otra respuesta. Si los poderes públicos no tienen en cuenta lo que dice la calle, podremos decir que la democracia está más enferma de lo que pensábamos”, afirmó Mélenchon.
El líder de la izquierda radical señaló que la manifestación de hoy (domingo) es la primera batalla contra la política de recortes y anunció otras nuevas si prosigue el proceso de ratificación del tratado europeo, que debe comenzar el próximo martes en la cámara de diputados.
En este sentido, el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, que participó en un acto político, aseguró que la ratificación “es un paso esencial” y que “no hay otra vía posible”, por lo que hizo un llamamiento a los diputados a “no faltar a este momento histórico”.
El Gobierno socialista no tiene garantizada la ratificación del tratado, puesto que aunque cuenta con mayoría absoluta en la cámara, una treintena de diputados han mostrado su intención de votar en contra. EFE