El gobierno de Estados Unidos empezó el martes a enviar a los inmigrantes mexicanos deportados a la Ciudad de México en vez de trasladarlos sólo a las ciudades de la frontera, en un experimento que durará dos meses y que busca aliviar a las urbes fronterizas mexicanas abrumadas por la llegada de personas expulsadas del país vecino.
La agencia federal de Inmigración y Protección de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) explicó que el programa piloto comenzó con la partida de 131 mexicanos. Los vuelos saldrán dos veces por semana desde El Paso, Texas, hasta el 29 de noviembre, cuando ambos gobiernos evaluarán los resultados y decidirán si continúan o no.
Los vuelos no son voluntarios, al contrario de una iniciativa anterior de deportación de mexicanos arrestados por la Patrulla Fronteriza durante el verano tórrido de Arizona, la cual fue aplicada de 2004 a 2011.
El gobierno de Estados Unidos paga por los vuelos, mientras que el de México cubre los gastos para transportar a la gente desde la capital hasta sus ciudades. Los deportados incluyen tanto los que tienen antecedentes delictivos como los que cuentan con un historial limpio.
Nicole Navas, vocera del ICE, informó que los mexicanos de los estados de la frontera norte no serán incluidos en el programa.