La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ni ha interpuesto una denuncia penal por uso de documentos falsos, ni ha iniciado una investigación interna ni tampoco ha podido confirmar si las 18 personas detenidas en Nicaragua son mexicanas y si suplantaron la identidad de algún ciudadano o son sus homónimos.

 

Funcionarios de primer nivel cercanos a las investigaciones revelaron lo anterior a 24 HORAS y sostuvieron que es poca la información que hasta ahora ha proporcionado la Cancillería tanto a la Procuraduría General de la República (PGR) como a las propias autoridades nicaragüenses.

 

Lo único que sí ha hecho esa SRE, a través del embajador de México en Nicaragua, Rodrigo Labardini, fue enviar un comunicado oficial el pasado 23 de agosto, apenas 72 horas después de que fueran detenidos los 18 supuestos mexicanos, en el que “acreditaba” que ninguna de esas personas eran “empleados, técnicos, presentadores o periodistas de la empresa Televisa”, como los uniformes, las identificaciones y sus propios testimonios lo afirmaban.

 

Desde hace cuatro días, este diario solicitó una posición oficial a la Dirección General de Comunicación Social de la Cancillería, oficina en la que primero dijeron que sí la emitirían, pero después se negaron a hacerlo.

 

Por su parte, el sistema de Aduanas y de Migración tienen en su poder los documentos de ingreso y salida de las seis camionetas tipo Van con losgos de Televisa, que desde 2008 viajaron a Centroamérica en diversas ocasiones, en lo que aparentemente era una operación de compra de droga.

 

En estas áreas de gobierno fueron entregados oficios, con supuestos logos de Televisa, en los que registraron el equipo de audio y video que portaba cada vehículo y con el que realizarían, argumentaban, diversas coberturas informativas en Centroamérica.

 

 

Esos documentos no se han enviado a Nicaragua, tampoco se han integrado al expediente de la PGR.

 

Pasaportes irregulares

 

El pasado 20 de agosto, 18 personas que viajaban a bordo de seis camionetas con logos Televisa, que portaban uniformes y credenciales de esa empresa, presentaron pasaportes de México, de donde dijeron eran originarios.

 

La Policía Nacional solicitó información a la embajada de México, que en principio confirmó que 17 de ellos eran mexicanos y el 23 de agosto envió un documento oficial en el que, sin incluir alguna prueba o carta de Televisa, sostenía que ninguna de las personas retenidas trabajaba para esa empresa.

 

El 31 de agosto, 24 HORAS evidenció que las direcciones que aparecían en los pasaportes mexicanos de esas 18 personas detenidas en Nicaragua eran falsas, en su mayoría no existían y nadie los conocía.

 

Apenas hasta hace dos semanas, la Secretaría de Relaciones Exteriores reportó a las autoridades nicaragüenses que estaba verificando si se trataba de mexicanos quienes estaban detenidos y si eran sus nombres verdaderos, porque por la documentación encontrada no podían verificarlo aún.

 

De acuerdo a la ley, la Cancillería debe presentar una denuncia penal por la utilización de documentos falsos o la posible falsificación de los pasaportes; sin embargo, hasta el momento esto no lo ha hecho. 

De acuerdo a información proporcionada por funcionarios de primer nivel del gobierno federal, tampoco se han girado instrucciones para iniciar una investigación al interior de la propia Secretaría de Relaciones Exteriores, particularmente en las oficinas en que fueron expedidos esos pasaportes, una de ellas ubicada en Gustavo A. Madero.
Desde el jueves pasado, este diario solicitó una postura oficial sobre la ausencia de investigaciones por parte de la Cancillería y la no presentación de una denuncia penal en PGR.

 

Primero la subdirectora de información, Mariana Franco, dijo que la dependencia sí emitirían una posición y pidió el mayor plazo posible para hacerlo e incluso enviarían un correo electrónico. Pero nada ocurrió.

 

Ayer se insistió a la funcionaria, quien respondió “los jefes aún no me dicen nada”, por lo que pidió un nuevo plazo hasta las cinco de la tarde de ayer para tener una posición. Pero a esa hora ya ni siquiera tomaron la llamada.