Ginebra. El número de refugiados sirios en países vecinos se ha triplicado en los últimos tres meses, cuya cifra sobrepasa ya a los 300 mil, alertó hoy el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

 

“El número de sirios que se han registrado en Jordania, Líbano, Turquía e Irak ha sobrepasado ya los 300 mil, es decir que la cifra se ha triplicado en tres meses”, afirmó el portavoz del ACNUR, Adrian Edwards en rueda de prensa.

 

“Según las últimas cifras el total de refugiados registrados es mayor a los 311 mil 500 sirios en los cuatro países, comparado con alrededor de 100 mil en junio”, agregó.

 

Edwards subrayó que el ACNUR lleva una carrera contra el tiempo ya que muchos refugiados se van quedando sin recursos y los países de acogida empiezan a sentir la carga.

 

Por ello consideró urgente recibir 487.9 millones de dólares para asistir a los refugiados que no ven un regreso a sus hogares en el corto plazo y padecerán las inclemencias del invierno.

 

En Jordania, explicó el portavoz, miles viven en tiendas de campaña y las temperaturas promedio en noviembre son de dos grados centígrados por lo que se necesita acondicionarlas para el frío.

 

Asimismo en Jordania, en donde se han registrado 103 mil 488 sirios, han ocurrido incidentes violentos dentro de los campamentos que han provocado mayores tensiones y al parecer varios refugiados han sido detenidos por el ejército.

 

Al respecto Edwards subrayó que su oficina a pesar de que está al tanto de estos incidentes no está en contacto con los refugiados detenidos y desconoce mayores detalles ya que el gobierno jordano es el encargado de prestar vigilancia en los campamentos.

 

En Líbano se han registrado 80 mil 800, en Turquía 93 mil 576 y en Irak 33 mil 704, dijo Edwards, quien recordó que su oficina estima que más de 700 mil sirios huyan de la violencia hacia finales de este año. Por ello reiteró su llamado a la comunidad de donantes para apoyar sus operaciones en la región y agradeció a los países vecinos de Siria el hecho de mantener las fronteras abiertas ante un conflicto armado que se alarga mientras el Consejo de Seguridad sigue paralizado por el veto de Rusia y China.