PEKÍN. El ex presidente chino Jiang Zemin jugó un papel clave en la decisión de expulsar al dirigente Bo Xilai del Partido Comunista (PCCh) y transferir su caso a la Justicia, frente a la resistencia de algunos en el seno de la formación, señalaron ayer analistas citados por el periódico South China Morning Post.
Jiang, que dejó la presidencia del país en 2003 pero aún conserva todavía amplias cuotas de poder en el régimen comunista, asistió a la decisiva reunión del Politburó del PCCh del pasado 28 de septiembre en la que se dio carpetazo al asunto, y dio el visto bueno a la definitiva caída en desgracia de Bo, después de meses de dudas en el seno del partido, según los analistas.
“Jiang dio su apoyo al (presidente) Hu Jintao y al vicepresidente (Xi Jinping) porque las controvertidas maniobras de Bo le habían ofendido y desafiaban el sistema de transición que él propuso hace cinco años”, señaló al periódico hongkonés el experto Johnny Lau, quien en los últimos meses ha analizado el intrincado escándalo.
Según Lau, con ello Jiang logró que Hu y Xi, este último su “protegido”, consensuaran una decisión sobre cómo actuar contra Bo, cuya esposa, Gu Kailai, fue condenada a muerte en agosto por el asesinato del empresario británico Neil Heywood (si bien es probable que no sea ejecutada y cumpla cadena perpetua).
Bo, ex ministro de Comercio y hasta este año secretario general del PCCh en la municipalidad de Chongqing, se hizo famoso en esa localidad por su política “neomaoísta” y populista, que según observadores causó recelos en Pekín, de ahí las actuales acusaciones de corrupción y vida “inmoral” que afronta.
Según el periódico, en el seno del PCCh, que de puertas afuera actúa como un bloque unitario pero en su interior tiene muchas facciones, había voces que se resistían a un grave castigo contra Bo, entre ellos los “neoizquierdistas” que aprobaban el populismo de éste.
También había resistencia entre los llamados “príncipes”, hijos de antiguos revolucionarios de la quinta de Mao Zedong (el propio Bo es uno de ellos, pues su padre, Bo Yibo, luchó mano a mano con el “Gran Timonel” y fue un influyente político del régimen durante el maoísmo).
Según Zhang Ming, analista de la Universidad Popular de Pekín también citado por el diario, estos focos de resistencia causaron que, por ejemplo, en el juicio a Gu el nombre de Bo no se nombrara en la causa.
“Parecía como si las autoridades chinas quisieran proteger a Bo de un duro castigo”, señaló el profesor.
Para el diario hongkonés, el caso puede haber servido para unir facciones como la que representan Jiang (representante del “Grupo de Shanghái”, más liberal), Hu Jintao (comunistas más ortodoxos procedentes de la Liga de Juventudes) o Xi Jinping, favorito a liderar China los próximos años y otro ejemplo de “príncipe”.
Algunos críticos con Pekín afirman que los procesos contra Bo y su esposa Gu han sido en realidad resultado de la lucha interna en el seno del PCCh entre los partidarios del ex dirigente de Chongqing y sus rivales, en un año de delicada transición de poder. EFE