Buenos Aires.- Las protestas de algunos sectores de las fuerzas de seguridad en Argentina se recrudecieron esta noche luego del fracaso de negociaciones, lo que ya provocó una crisis política para el gobierno de Cristina Fernández.
En una jornada marcada por la tensión, efectivos de las fuerzas navales y de gendarmería advirtieron que no cejaran en la protesta iniciada la víspera, en demanda del pago completo de sus salarios.
“Nadie nos ha escuchado y pedimos que nos blanqueen (regularicen). Estamos cansados de trabajar en negro. Nos tiran obligaciones, pero ¿por qué no empiezan a respetar nuestros derechos?”, declaró el delegado de los efectivos de Gendarmería, Fernando Meza.
Lo que comenzó como una protesta meramente salarial se convirtió con el correr de las horas en un conflicto para el gobierno, que en medio de presiones, destituyó a las cúpulas de las fuerzas de seguridad que mantienen sus movilizaciones.
Los jefes de las fuerzas navales y de Gendarmería de Argentina, y los 10 principales comandantes de cada una, renunciaron en un ambiente enrarecido por el temor de que la protesta pase a mayores.
De hecho, la Cámara de Diputados emitió un inédito comunicado firmado por todos los bloques parlamentarios para convocar a una solución democrática del problema.
“Instamos a los integrantes de las Fuerzas de Seguridad y otras a adecuar sus acciones a pautas de funcionamiento democrático y subordinación a las autoridades legalmente constituidas, en todo de acuerdo con la Constitución nacional”, señaló.
El mensaje no es menor en un país que sufrió intermitentes golpes de Estado desde 1930 hasta 1976 y que adolece de un fortalecimiento institucional tal que, aun en periodos de democracia, siempre se pone en duda la permanencia del gobierno de turno.
La tensión comenzó la víspera, cuando elementos de Prefectura, que son los guardias de mares y puertos, se acuartelaron en la sede de la jefatura naval, en el centro de Buenos Aires, para denunciar rebajas de sus ingresos que fueron autorizadas por decreto.
Por la noche, a la protesta ya se habían incorporado elementos de Gendarmería, el cuerpo de policías de tierra que también sufrieron recortes en sus sueldos de entre 40 y 70 por ciento, dependiendo de su rango.
La movilización provocó una crisis porque involucra a guardias y policías en una sociedad que tiene como principal preocupación la inseguridad, pese a que Argentina es uno de los países con menores índices delictivos de América Latina.
Además, la protesta que inició en Buenos Aires se ha ido expandiendo a otras ciudades del país, como Córdoba, Rosario, La Plata, Río Gallegos, Mar del Plata y Posadas, y ya se han sumado otras fuerzas de seguridad.
Esta mañana, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, anunció que el gobierno daba marcha atrás con los ajustes salariales.
Precisó que el personal de Prefectura Naval que cobre menos de 12 mil 500 pesos (dos mil 700 dólares) recibirá este mes y por única vez, un pago compensatorio, y que después se analizarán las adecuaciones que se implementarán.
El funcionario reconoció que la aplicación del decreto fue “francamente desastrosa” porque perjudicó a los suboficiales con menores ingresos, que ahora están siendo utilizados para presionar al gobierno.
“Se está usando a los agentes de más abajo como carne de maniobra por aquellos que quieren mantener los privilegios”, dijo al asumir la inequidad que priva en los ingresos de los cuerpos de seguridad.