WASHINGTON. La mayoría de los votantes cree que Barack Obama ganará los debates televisados con su rival republicano, Mitt Romney, el primero de los cuales se celebrará hoy, según una encuesta realizada por la Universidad Quinnipiac.

 

El sondeo revela que un 54% de los probables votantes entrevistados opina que Obama se impondrá en los debates, frente a un 28% que piensa que el vencedor será Romney, el aspirante presidencial republicano.

 

El primer debate entre los candidatos a la presidencia para las elecciones del próximo 6 de noviembre tendrá lugar hoy en la Universidad de Denver (Colorado), el segundo se celebrará en Nueva York el 16 de octubre y el tercero y último en Florida el 22 de octubre.

 

La “mejor noticia” para Romney es que los votantes tienen “muy bajas expectativas” sobre su actuación en los debates, por lo que “el listón para cambiar algunas opiniones está por debajo del que tiene el presidente”, dijo en una conferencia de prensa Peter Brown, director adjunto del Instituto de Encuestas de la Universidad Quinnipiac.

 

El sondeo, que se elaboró del 25 al 30 de septiembre con entrevistas a 1.912 probables votantes de todo el país y tiene un margen de error de +/- 2,2 %, muestra una ventaja de 4 puntos de Obama sobre Romney (49% a 45%).

 

Los votantes independientes están más divididos y, mientras un 47 % respalda al presidente, un 45 % se decanta por el aspirante republicano.

 

A las mujeres “realmente les gusta Obama”, sostuvo Brown al subrayar la ventaja de 18 puntos del presidente (56 % a 38 %) entre ese colectivo.

 

Los hombres prefieren a Romney (52 % a 42 %), al igual que sucede con los votantes blancos (53 % a 42 %), de acuerdo con la encuesta.

 

No obstante, si Obama logra mantenerse por encima del 40 % de apoyo entre los votantes blancos “estará en muy buena forma” para ganar en noviembre, apuntó Brown.

 

El sondeo de la Universidad Quinnipiac también señala que la economía sigue siendo el asunto clave para la mayoría de los votantes (50 %), seguido muy de lejos por la salud (17 %), el déficit público (13 %) y la seguridad nacional (7 %).

 

Romney “no ha convencido a los votantes de que haría un mejor trabajo por la economía” si fuera presidente, según Brown, pero los estadounidenses confían más en él que en Obama para abordar el asunto del elevado déficit público. EFE

 

Contrastes

 

Obama


Insiste en que heredó un desastre económico y que requerirá un segundo mandato para lograr la plena recuperación económica.

En septiembre de 2011, Obama presentó ante el Congreso un plan de estímulo de 447 mil millones de dólares para la creación de empleos. El Congreso sólo aprobó parte de ese plan.

 

Ofrece un ambicioso plan que prorroga más allá de 2012 los recortes de impuestos aprobados durante la presidencia de George W. Bush para la gente pobre y la clase media, y los aumenta para familias que perciben ingresos superiores a los 250 mil dólares anuales.

 

Ahorros de unos 597 mil millones de dólares en la próxima década en programas sociales como “Medicare”, para ancianos y jubilados, y “Medicaid”, para gente pobre y discapacitados, a la vez que apoya un aumento de impuestos de 1.9 billones de dólares.

 

Romney

 

Se ha apoyado en su trayectoria como gobernador de Massachusetts y como líder empresarial durante 25 años, y asegura que sabe cómo arreglar y capitanear la economía.

 

Como parte de su plan de 59 puntos, Romney ha prometido crear 12 millones de nuevos empleos y revocar la ley Dodd-Frank que impuso mayores regulaciones a Wall Street.

 

En aras de la austeridad fiscal, ha dicho que comenzará a trabajar en recortes presupuestarios de hasta 500 mil millones de dólares al año para finales de su primer mandato.

 

Apoya recortar las tasas impositivas en un 20%, aunque no ha explicado cómo financiará esos recortes, cuyo costo ascendería a cerca de cinco billones de dólares y que probablemente requerirá hacer recortes en populares programas de educación, vivienda y salud.

 

Apoya hacer permanentes los recortes tributarios de Bush y reducir la tasa tributaria de las corporaciones a un 25%, para alentar la creación de empleos.