La conmemoración del 2 de octubre se convirtió en una catarsis para los grupos opositores al régimen. Una marcha robusta que sirvió de encuentro generacional entre sobrevivientes de la matanza de Tlatelolco y los integrantes del movimiento #YoSoy132.
“Esto es una convocatoria a todos los sectores agraviados. Están los de Ayotzinapa, están los electricistas, todos los contingentes tratados por la fuerza o por engaños del Poder Judicial. Es una reunión de agraviados”, dice Raúl Álvarez Garín, quien encabeza la marcha junto a otros miembros del Comité del 68.
Algunos llevan las barbas largas, los cabellos blancos, la memoria intacta mientras caminan al lado de viejos camaradas con los que comparten un dolor añejo que se transforma y adquiere nuevas formas de representación.
“¡Peña Nieto, Echeverría, son la misma porquería!”, gritan en verso los manifestantes mientras marchan de Tlatelolco al Zócalo capitalino. El tiempo pareciera haberse detenido. 44 años después de la masacre se escuchan los mismos reclamos, los mismos anhelos aún sin cumplir. Retrato de un país herido donde los desaparecidos, la impunidad y la violencia son cosa de todos los días.
Los estudiantes abren paso a sus mayores cuando la marcha entra por la avenida 5 de mayo, lugar donde converge el otro contingente de trabajadores y sindicalistas proveniente del Senado, acordonado por las protestas que trajo consigo la reforma laboral.
Una estampida de universitarios furibundos avanza con los rostros pintados o cubiertos, enseñando sus pancartas. Algunos queman muñecos de trapo mientras otros ondean banderas nacionales con dos franjas negras sustituyendo el tradicional verde y rojo. El país entero está de luto.
El río de gente parece interminable. La coyuntura permitió que los integrantes de #YoSoy132 olvidaran momentáneamente sus muchas diferencias para volver a inundar las calles, mientras sus compañeros de lucha consumaban el paro estudiantil en sus respectivas escuelas. Los contingentes de la UNAM y el IPN destacan de entre el tumulto por su tamaño.
Al entrar al Zócalo, cada grupo tomó su propio camino. El Comité del 68 realizó su tradicional ceremonia y se marchó del lugar. Los #YoSoy132 tomaron el templete para pronunciarse contra la reforma laboral. El SME hacía lo propio al otro lado de la plaza. Un mosaico plural del descontento que prevalece en varios sectores sociales contra un sistema político donde el PRI regresa a su papel de partido dominante junto a los fantasmas de 1968.
Saldo blanco
Con un saldo de 25 personas detenidas y sin incidentes mayores, concluyó el operativo de vigilancia y vialidad que la policía capitalina puso en marcha con motivo de la conmemoración del 2 de octubre, en las que participaron poco más de 25 mil personas.
La Secretaría de seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) informó que todas las detenciones se realizaron en la estación Tlatelolco del Metro, donde se detectó a un grupo que traía consigo objetos que podrían ser usados para agredir, entre ellos 100 palos, 30 botellas de mezcal y cerveza, 50 latas de aerosol, 15 piedras, 150 cadenas y cinturones, entre otros.
Además, los jóvenes detenidos también traían consigo varios envoltorios de marihuana.
Todos fueron trasladados a una agencia del Ministerio Público, donde se definirá su situación jurídica en las próximas horas.
La SSPDF indicó que el avance de los distintos contingentes que salieron de Tlatelolco, a través del Eje Central Lázaro Cárdenas y del Paseo de la Reforma, se llevó a cabo sin mayores incidentes.
En su comunicado la dependencia capitalina no hizo referencia al fallecimiento de un hombre de la tercera edad en inmediaciones del palacio de bellas Artes, aunque su deceso fue por un problema de salud y no por alguna incidencia durante la movilización.
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