Torreón es el nuevo centro de la disputa entre Los Zetas y el Cártel de Sinaloa. Una guerra que ha dejado por lo menos 597 homicidios en lo que va del año.

 

Para sus pobladores, más allá de la estadística, lo que les verdaderamente les preocupa es que ahora los narcos se meten a las casas, matan gente, roban vehículos a plena luz del día, cuelgan a custodios de penales, cobran derecho de piso e incendian gasolineras.

 

A pesar del Operativo Laguna, lanzado en octubre de 2011, la violencia no sólo sigue sino que va en aumento. Antes, los campos de batalla eran aquellos que colindaban entre Gómez Palacio y Lerdo, del lado de Durango, con Torreón, pero ahora el intercambio de fuego se ha trasladado a Lerdo y Torreón. De acuerdo con el gobernador, Rubén Moreira, por este punto se cuelan los narcos de Durango a Coahuila.

 

Ayer, en un negocio de vidrios polarizados, ubicado en el bulevar Constitución de la colonia San Isidro, en Torreón, fueron acribilladas tres personas.

 

De acuerdo con la policía local, las víctimas son los hermanos Alejandro y Heriberto Sifuentes López, y su primo Carlos Sifuentes Briceño.

 

De hecho, hasta la mirada de los torreonenses cambió en los últimos cinco años y no en sentido figurado. Cuando hablan de la violencia, sus facciones se tensan y sus ojos parecen tratar de negar lo que sus palabras sostienen: “esperas que no te vaya a tocar”.

 

Un empleado de esa ciudad, cuya identidad pidió mantener anónima, narra: “ahora, a plenas doce del día les quitan los muebles (vehículos) a quienes van por el Periférico, las bajan –porque a las que más se los roban es a las mujeres- y ya, ni cómo denunciarlos, no les van a hacer nada”.

 

Enemigo en casa

 

Un entrevistado más agrega otro ingrediente a la violencia en Torreón: la Policía Federal. “Hacen lo que quieren, secuestran, extorsionan, violan y cómo los denuncias, de lo que han hecho sólo hay dos denuncias una por secuestro y la otra por violación, y eso porque hubo mucha gente que presionó porque no las querían recibir”, dice en alusión a los ministerios públicos.

 

Durante el último mes, los policías federales han recibido ataques en esa zona, uno en el hotel Monarrez, donde se hospedaban. Ahí resultaron heridos tres agentes; otro cuando asesinaron a tres elementos en Gómez Palacio y en un enfrentamiento contra presuntos narcos, otro policía fue asesinado y dos más quedaron heridos.

 

El penal es otra trinchera de la disputa entre zetas y chapos. En lo que va del año han sido asesinados en esa ciudad al menos 10 custodios, también un militar que era subdirector y el escolta del actual director, Israel Solano Mejía.

 

El antecesor de Solano, que también es un militar en retiro, era el capitán Alejandro Chacón, quien tras un atentado en su contra y más de tres amenazas, decidió dejar ese cargo.

 

También los administrativos han sido asesinados o han sufrido ataques, para que no regresen al penal.

 

En el centro de la ciudad, el 40% de los locales comerciales se quedaron vacíos, sus dueños los cerraron ante las amenazas de extorsión.

 

2,700

 

desplazados en Durango debido a la inseguridad y falta de alimentos, de las cuales 2 mil corresponden a personas que han migrado temporalmente. En los

municipios de Pueblo Nuevo, Mezquital y San Dimas se registró la expulsión de al menos 700 personas por cuestiones de inseguridad.

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