En la siempre complicada tarea de reinventarse, Liam Neeson ha demostrado no tener miedo al riesgo. Actor de carácter que ha colaborado con directores de la talla de Woody Allen, Steven Spielberg o Martin Scorsese, se ha convertido en últimas fechas -ya en los albores de sus sesenta años- en un improbable pero efectivo héroe de acción.
Si bien en su currículo, el actor ya contaba con personajes que -supongo- lo tienen en un altar de la cultura nerd y geek (ha sido quien entrenó a Batman en Batman Begins, le enseñó los modos de la fuerza a un novato Obi-wan Kenobi en Episode 1 y es Zeus en Clash of the Titans) en la Taken original (Búsqueda Implacable, Morel, 2008), el entonces todavía cincuentón Neeson se estrenaba como un moderno Charles Bronson, apacible y cándido en apariencia pero que, ante el secuestro de su hija adolescente, desata en furia revelándose como una efectiva e imparable máquina de matar.
Escrita por el francés Luc Besson (Leon, The Fifth Element), Taken fue una sorpresa para propios y extraños. Se trataba de un bien armado thriller de acción que llevaba al extremo la figura del padre sobreprotector (especialidad de Neeson) y que se insertaba en la paranoia post 9/11 ya que, en la lógica de esta cinta, todo país fuera de Estados Unidos (Francia inclusive) era cuna de maleantes malvivientes, tratantes de blancas y demás escoria que resultaba en un peligro latente para todo turista norteamericano que se atreviera a salir de su país.
Repleta de xenofobia y algo de misoginia, la cinta mostraba a un Neeson como nunca antes: hombre rudo de acción que lo mismo manejaba a toda velocidad que desarmaba a los malos peleando con ellos a puño limpio. “No se quién seas, pero si no dejas libre a mi hija te buscaré y te mataré” era la frase que un contundente Neeson lanzaba con su característica voz profunda en aquella memorable cinta de acción que se convirtió en un éxito de taquilla.
La inevitable secuela –Búsqueda Implacable 2, que se estrena este fin de semana- mantiene en apariencia la misma fórmula: acción trepidante, los mismos actores, la familia en peligro y un Neeson que continúa encarnando con solvencia a su personaje de hombre de acción crepuscular.
No obstante algo falta en la receta. Y es que lo que hacía interesante a la cinta original era la idea de este hombre, al final de su carrera, solo y sin dinero, que sin embargo llegado el momento usaba no sólo los puños, sino su inteligencia para salir de cualquier situación. En Taken 2 sin embargo esto se desvanece, siendo las constantes persecuciones en carro y algunas balaceras, la única vía de resolución de esta secuela que a leguas se nota emergente y falta de ideas.
Peor aún, su director, Olivier Megaton, carece de la habilidad para filmar escenas de acción coherentes, dejando todo al tasajeo infame de una edición frenética que tiene como resultado secuencias imposibles de seguir.
Taken 2 es una oportunidad desperdiciada, un filme que a la sombra de su predecesor queda como un subproducto desechable; aunque Neeson, aún a sus sesenta años -¡quién lo diría!- sigue siendo un hombre de acción eficaz y respetable. Sólo espero que pronto lo enfrenten a otro venerable anciano que también es duro de matar: Mr. Bruce Willis.
Búsqueda Implacable 2 (Taken 2) Dir. Olivier Megaton)
2 de 5 estrellas.
Guión: Luc Besson.
Con: Liam Neeson, Maggie Grace, Famke Janssen, entre otros.