La Secretaría de Economía ignora la entrada de 944 cargamentos de papas frescas contaminadas procedentes de Estados Unidos.

 

De acuerdo con Luis Ricardo Barbosa, del departamento de comunicación de la Secretaría de Economía, el secretario Bruno Ferrari y el subsecretario de Comercio Exterior, Francisco de Rosenzweig, se encuentran en Estados Unidos, el primero en Chicago y el segundo en Washington, tratando de convencerlos para que no pongan trabas a la entrada de jitomate mexicano, como exigen los productores de Florida.

 

“Pero de la papa no tenemos información alguna”, dijo el vocero de la Secretaría de Economía.

 

Como informó 24 HORAS,  de 2003 a 2012 han llegado a México desde Estados Unidos por lo menos 944 cargamentos de papas frescas contaminadas, que han sido rechazados por no cumplir con los requisitos fitosanitarios en México.

 

De acuerdo con la Confederación Nacional de Productores de Papa de la República Mexicana (Conpapa), Bruno Ferrari firmó un acuerdo para permitir el libre comercio de este tubérculo en el territorio nacional, a pesar de la amenaza de contaminación que representa.

 

Sin embargo, este tema no es motivo de negociación actualmente para la Secretaría de Economía.

 

El subsecretario de Comercio Exterior se encuentra en Washington junto con representantes de la industria mexicana del jitomate y con autoridades del gobierno estadunidense, con el propósito de encontrar una solución que beneficie a ambos países.

 

Por su parte, Bruno Ferrari fue a Chicago a negociar el Acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP, por sus siglas en inglés) y la exportación de jitomates mexicanos a Estados Unidos.

 

“El titular de Economía se reunió con empresas líderes en la producción de tomate de los estados de Illinois, Wisconsin y Michigan, para conocer el desarrollo de sus operaciones en México y sus planes futuros de inversión en el país”, detalló la Secretaría de Economía en un comunicado.

 

Sube costo de alimentos a nivel global

 

En este contexto, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) dio a conocer que el precio de los alimentos a nivel mundial se elevó, aproximándose a los costos que tenían durante la crisis alimentaria de 2008.

 

A la vez, recortó su proyección en producción mundial en cereales, debido a la sequía que azotó a los Estados Unidos, misma que calificó como la peor en 50 años.

 

Esto, junto con la sequía en Rusia y otros países exportadores  del Mar Negro, elevó los temores de una nueva crisis.

 

Sin embargo, esta alarma aún no es suficiente para convocar a una reunión de emergencia del Foro de Respuesta Rápida de la entidad de agricultura del G20.