La ejecución de José Eduardo Moreira, coordinador de programas sociales del gobierno coahuilense, evidenció una pugna entre el actual gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, y su hermano y predecesor, Humberto Moreira, respectivamente, tío y padre del joven de 25 años asesinado.

 

El actual Gobernador no asistió al funeral de su sobrino y colaborador, el pasado jueves. Ese día, el mandatario estatal se reunió con el secretario de Gobernación federal, Alejandro Poiré, pero los horarios sí le habrían permitido asistir al entierro de José Eduardo Moreira.

 

Según fuentes del gobierno coahuilense, el mandatario no fue porque no era bienvenido en el sepelio: desde hace tres meses, se habían profundizado diferencias entre el actual Gobernador y su hermano y predecesor, por el modo en que la actual administración estaba enfrentando la lucha antinarco. Los diferendos llegaron al punto de quiebre con el homicidio de José Eduardo.

 

De hecho, a las puertas de la iglesia donde se celebró la misa de cuerpo presente, el líder sindical Carlos Moreira -hermano de Rubén y Humberto- aseguró que el crimen organizado, presuntamente Los Zetas, había puesto mantas en algunos puntos de Ciudad Acuña, donde se leía “Familia por Familia” y se amenazaba con que los delincuentes irían contra uno de los integrantes de la familia Moreira. Y acusó que no se hizo nada para atajar el peligro. Justamente fue en Ciudad Acuña donde ultimaron a José Eduardo Moreira, de dos tiros.

 

El propio Humberto Moreira se había lanzado contra la lucha anticrimen un día antes: “Mi hijo viene a ser uno de los muertos de este guerra, de los miles de muertos de esta guerra, que es muy triste. Lo vivo ahora en carne propia con un hijo no ha cumplido un año con su esposa”.

 

La mayor evidencia del rompimiento en el clan Moreira vino precisamente de la hoy viuda de José Eduardo Moreira, Lucía Davis. Hace 10 meses, mediante su cuenta de Twitter, Davis defendió la administración de su suegro, Humberto: “Yo no entiendo que le critican a Moreira, es obvio que todo lo que ah prometido lo ah cumplido!” (sic). En cambio, el pasado 5 de octubre, mediante la misma vía, atacó con tres tuits: “Exijo Justicia!!!!! Por el asesinato a mi esposo”; “Justicia!! Justicia!!”; y el más fuerte, dedicado al actual mandatario: “@rubenmoreiravdz. No sabes gobernar!!! Esto es tu culpa maldito!!!! Renuncia”.

 

El gobierno estatal respondió a esta diatriba en voz del coordinador de Comunicación Social del gobierno de Coahuila, Juan de León Estrada. Él confirmó la autenticidad de la cuenta de la esposa de Moreira Rodríguez y dijo que comprende la situación que atraviesa la viuda: “Sabemos del dolor que atraviesa y existe el compromiso de parte del gobierno del estado de aclarar el crimen y capturar a los responsables”.

 

Las rencillas entre Humberto y Rubén Moreira arrancaron junto con la nueva administración. Humberto dejó al estado de Coahuila con una deuda estratosférica, con la que su hermano ha debido lidiar. Esta deuda, además, fue contratada mediante documentos falsificados, escándalo por el cual Humberto Moreira tuvo que renunciar a la presidencia nacional del PRI, al inicio de la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto.

 

No obstante, el modo en que Rubén Moreira ha enfrentado al crimen organizado fue el asunto que más fricciones desató, aparentemente. El gobierno federal ha reconocido en diversas ocasiones a Rubén Moreira por su colaboración en la lucha contra el narco (la más reciente, un día después del asesinato de José Eduardo), y durante la gestión de Humberto, en contraparte, pidió más colaboración a los gobiernos estatales.

 

Desde el homicidio, ni Rubén ni Humberto han aparecido juntos, ni han emitido ningún tipo de comunicación para refrendar su cercanía o colaboración.