El pasado 1 de octubre, mientras los nuevos Jefes Delegacionales tomaban protesta en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, la Comisionada de Transporte de la Ciudad de Nueva York, Janette Sadik-khan, daba una conferencia a unas calles, también en el Centro Histórico, en el marco del Congreso Internacional de Transporte Sustentable.

 

Sadik-khan es conocida porque ha venido realizando acciones rápidas de transformación del espacio público en Nueva York y por el empuje que ha dado al uso de la bicicleta. La imagen de sitios representativos de la ciudad, como Times Square, se ha transformado; y todo comenzó con algo tan simple como colocar unos macetones que ampliaron en automático la banqueta, generaron sitios de esparcimiento y redujeron el riesgo para los peatones y ciclistas.

 

Sadik-khan presumió cifras muy altas en la reducción de accidentes, 32%, y del 38% en muertos por accidente. Hay por supuesto quienes la cuestionan, quienes celebrarían un recorte de banquetas en las principales avenidas para ampliar el espacio del coche. Las acciones de Nueva York, sin embargo, están fundamentadas en estudios: la única manera para que la ciudad pueda seguir creciendo es apostar por una movilidad sustentable, de otra forma el tráfico la ahorcará.

 

El mismo día de la toma de posesión de los delegados, uno de ellos, Víctor Hugo Romo, de Miguel Hidalgo reiteró (ya lo había dicho en campaña y también entre las elecciones y la toma de posesión) su interés en dar un empuje extraordinario a la movilidad sustentable. Por la noche, en un tuit, anunció el nombre de su Coordinador General de Movilidad, el autor de esta columna.

 

La Coordinación General de Movilidad es un área nueva, en proceso de creación, será la primera vez que una delegación tenga una oficina dedicada a resolver estos problemas. Tradicionalmente han sido las áreas de obras, mirando las cosas de manera superficial, las que han decidido reducir banquetas y camellones, pintar más carriles, eliminar espacios de todos y dejárselos a la minoría automovilista. En Miguel Hidalgo se analizará el problema desde una base de respeto a los más vulnerables en la pirámide de la movilidad: hasta arriba el peatón, “Rey de la Movilidad”, luego la bicicleta, “Bicirrey”, después el transporte público, atrás el automóvil y finalmente los vehículos de carga.

 

La experiencia de Nueva York muestra que no se requieren millones de dólares para transformar la movilidad (de las personas, no de los autos). De la noche a la mañana, en ocho horas, un poco de pintura, algunas sillas, unas plantas, generaban una nueva plaza. Las intersecciones con una calle en diagonal son mucho más propicias para ello.

 

Las ciclovías pintadas en el piso han sido un fracaso en todo el mundo. Coyoacán, en la Ciudad de México, es una prueba de ello. Pero cuando las ciclovías pintadas se articulan con otros elementos (las macetas que ya he mencionado, por ejemplo, o los autos estacionados), entonces se puede garantizar un espacio seguro para los ciclistas.

 

Cuando uno va a las cifras, descubre que en auto regularmente se mueve sólo una minoría, sin embargo, toda la infraestructura se adecua para ellos, dejando vulnerables a los más vulnerables. Lo que Romo ha anunciado que hará es lo opuesto, abrir el panorama de la movilidad y por ello me ha invitado a formar parte de su equipo, algo que he aceptado no sólo con gusto, sino con la esperanza de que por fin un gobernante muestre al resto de México que gobernar con una política pública de movilidad reporta beneficios en calidad de vida para los habitantes y en el reconocimiento social de la transformación positiva del espacio público.

 

Ojalá más autoridades delegacionales, municipales y estatales integren verdaderas políticas públicas de movilidad y abandonen esa costumbre de que gobernar es hacer pasos a desnivel.

 

@GoberRemes