Viena. Las condiciones meteorológicas son buenas y los preparativos siguen su curso unas horas de que el austríaco Felix Baumgartner intente convertirse hoy en el primer humano en romper la barrera del sonido en una caída libre desde 36 mil 576 metros.

 

Este deportista de riesgo tiene previsto iniciar su camino hacia la leyenda sobre las 12.30 GMT, cuando se iniciará el proceso para que un globo de helio eleve una cápsula presurizada hasta la estratosfera, desde donde se lanzará al vacío.

 

“El miedo más grande lo tendré seguro cuando intente dormir un poco, cuando todo esté tranquilo a mi alrededor y esté solo con mis pensamientos, unas cuantas horas antes del comienzo de los preparativos”, reconoció Baumgartner en relación a los momentos finales antes de intentar su récord.

 

En verdad, varios récords: ser el primero en superar la velocidad del sonido (más de 1.100 kilómetros por hora) sin ayuda mecánica, en realizar el salto con paracaídas desde más altura, protagonizar la caída libre más larga (unos 15 minutos) y subir en globo al punto más alejado de la tierra.

 

En la horas previas al salto, Baumgartner tiene previsto nuevos chequeos médicos, descansar, pasar tiempo con su familia, desplazada a Nuevo México (Estados Unidos) para seguir el lanzamiento sobre el terreno.

 

Respecto a su última comida antes de iniciar el ascenso, el aventurero austríaco recibirá un menú bajo en fibras, ya que debe evitar cualquier alimento que pueda liberar gases en su cuerpo.

 

La condiciones extremas de baja presión en las que se moverá Baumgartner podrían hacer que ese gas se dilatara y provocara graves lesiones internas.

 

Dos horas antes de que comience el ascenso, previsto sobre las 12.30 GMT, el austríaco se pondrá su traje espacial, imprescindible para evitar que la presión, el frío y la velocidad acaben con su vida, y comenzará a respirar oxígeno para eliminar el nitrógeno de su organismo.

 

Si la intensidad del viento no lo impide, el globo de helio se elevará durante unas tres horas hasta alcanzar una altura de más de 36 kilómetros, desde la que Baumgartner se lanzará al vacío y hacia el intento de escribir historia y convertirse en leyenda.