El Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República ha retenido los salarios a una parte de sus trabajadores: no se les ha entregado la primera quincena de septiembre, la segunda se les pagó “por un error” y ya se les dijo que la correspondiente a la primera de octubre tampoco se les pagará.
El IBD es presidido por el perredista Miguel Barbosa, quien afirmó que por el diseño y reparto de comités él giró instrucciones de detener los pagos en la dirección de Estudios Legislativos de Investigaciones Sociales que encabeza el perredista Eric Villanueva Mukul, pero se deslinda de la misma determinación en las otras dos direcciones, las de Gobierno y Administración, que están en manos del PRI y la segunda del PAN.
La razón para retener los pagos en el instituto es que “ahí nadie trabaja”.
A los trabajadores nadie les ha informado el motivo de la retención de salarios; tras la muerte de Alonso Lujambio, secretario del Comité Directivo del IBD, quedaron pendientes las ratificaciones que en cada cambio de legislatura ocurren.
El 19 de septiembre Lujambio presidió la instalación de ese Comité Directivo y advirtió la necesidad de discutir el papel preponderante de los asesores, de los investigadores que de tanto profundizar en los temas legislativos terminan por convertirse, dijo, en los dueños del proceso.
El ex secretario de Educación preguntó en esa ocasión: “¿Quién controla a los asesores?”. El señalamiento del legislador quedó sobre la mesa.
Barbosa afirma tener el compromiso de Ernesto Cordero y Emilio Gamboa para hacer del instituto un organismo que cumpla a cabalidad sus tareas de investigación. “Un centro así debe estar diseñado por investigadores y no por políticos” y adelanta que en la nueva era del IBD estarán reconocidos profesionales como Ciro Murayama y Mauricio Merino.
Sobre las gestiones anteriores del IBD, que en 2010-2011 fue encabezado por Manlio Fabio Beltrones y en 2011-2012 por su compañero de partido Carlos Navarrete, Barbosa dice ser respetuoso y no hizo críticas.
El líder de la bancada perredista dijo que quienes tengan merecimientos para volver a ser contratados conservarán su trabajo, pero como en este momento “nadie hace nada”, se detuvieron los pagos.
Aunque el instituto cuenta con un sitio de internet, en éste no hay un apartado de transparencia que permita conocer su presupuesto, planta laboral, contratos y nómina para conocer cuáles son sus egresos.
En la página hay un directorio en el que se identifica a 56 empleados entre directores administrativos, investigadores, secretarias y otras personas cuya función no se especifica. En el área que dirige Villanueva se da cuenta de que trabajan 11 personas.