California. La familia de una mujer de 32 años madre de cinco hijos quien fue baleada por un agente de la Patrulla Fronteriza, cuando éste estaba sobre el capó del vehículo que ella manejaba en los suburbios de San Diego, presentó una demanda contra la agencia por muerte por negligencia, diciendo que el agente tenía varios antecedentes de mala conducta en tareas previas y no debió haber estado trabajando en las calles.
El abogado Eugene Iredale presentó la querella el viernes ante la Patrulla Fronteriza en representación de Valeria Tachiquin.
Los documentos, un precursor requerido para una demanda, dicen que el agente Justin Tackett, de 34 años, fue suspendido en cuatro ocasiones por mala conducta, incluyendo el haber chocado una patrulla y haber violado los derechos de sospechosos en casi cuatro años en los que trabajó como un subalguacil del condado Imperial. Tackett recibió un aviso de que sería despedido justo antes de que renunciara a su empleo en 2003, señalan los documentos.
En un caso de libertad condicional de 2002, según la querella, Tackett “desobedeció intencionalmente una orden directa y proporcionó información falsa y engañosa durante una investigación”.
En un incidente en 2001, Tackett fue llamado a apoyar a la policía en un incidente en Brawley y se le dijo que esperara a los agentes en un sitio, pero en lugar de eso confrontó al sospechoso, lo involucró en un altercado y lo esposó sin una orden judicial.
La Patrulla Fronteriza, la cual no ha respondido preguntas sobre Tackett, rechazó hacer comentarios sobre la demanda.
Pero en una querella que él presentó en 2004, afirmó que fue víctima de represalias por perseguir casos contra amigos de supervisores y de discriminación racial porque es blanco.
El 28 de septiembre, las autoridades dijeron que Alvarado salió de un apartamento en Chula Vista donde agentes fronterizos estaban cumpliendo una orden de arresto contra otra persona, y dijeron que ella arrolló deliberadamente a Tackett, quien le disparó por temor a perder la vida tras ser obligado a ir sobre el capó durante varios cientos de metros mientras le pedía que detuviera el vehículo.