ABU DABI. Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) están preparando un avión médico para trasladar fuera de Pakistán a la joven Malala Yusufzai, quien se encuentra en estado grave tras haber sido tiroteada por los talibanes, informó una fuente del Gobierno emiratí.

 

Yusufzai, de 14 años, recibirá de esta forma tratamiento médico en el extranjero, aunque, según la fuente oficial, todavía no se ha decidido el país de destino.

 

El gobernador de Abu Dabi y jefe de las Fuerzas Armadas emiratíes, el jeque Mohamed bin Zayed al Nahyan, ordenó facilitar todo lo necesario para que la joven activista continúe su tratamiento fuera de Pakistán, en un traslado que se efectuará en coordinación con las autoridades paquistaníes.

 

Horas antes, el embajador paquistaní en EAU, Jamil Ahmed Khan, reveló a una televisión local que la familia real emiratí planea el envío del aparato si los doctores deciden el traslado de Malala, y que se están tramitando varios visados para el personal médico.

 

La adolescente está recibiendo asistencia mecánica en el Instituto de Cardiología del Ejército en la ciudad de Rawalpindi, cercana a Islamabad, al que fue trasladada en helicóptero desde Peshawar.

 

Según el último parte médico, difundido ayer, la activista está mejorando “lenta pero firmemente” de sus heridas.

 

Malala Yusufzai fue tiroteada por los insurgentes talibanes el pasado martes cuando iba en un transporte escolar hacia su casa por su oposición al terror talibán en su región natal de Swat y la defensa de la educación femenina.

 

Por lo pronto el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ha enviado misivas a los principales políticos de Pakistán en los que condena el ataque sufrido por la joven activista Malala Yusufzai y pide colaboración en el combate contra el extremismo talibán.

 

De acuerdo con un comunicado oficial, Karzai aseguró que el ataque a tiros contra Malala, cometido por los talibanes el pasado martes en el norte de Pakistán, es una muestra de que el fundamentalismo es un peligroso enemigo en los dos países.

 

“Un ataque así, contra una niña pequeña, muestra que la gente en la región se enfrenta a un enemigo peligroso que quiere mantener al pueblo en la oscuridad de la ignorancia, cerrando escuelas”, mantuvo el presidente afgano.

 

Afganistán ha sentido el ataque como propio, porque el país sigue sumido en una violenta guerra contra los talibanes, que ya prohibieron la educación femenina durante los años en que pusieron al país bajo su régimen integrista (1996-2001).

 

Este viernes, millones de niños afganos rezaron por la recuperación de Malala justo antes de iniciar sus clases en las escuelas, que también han sido objeto de algunos ataques de los insurgentes afganos en los últimos años. EFE