EL CAIRO. La organización Human Rights Watch (HRW) denunció ayer que el régimen sirio ha utilizado en los últimos días bombas de racimo, prohibidas por numerosos países, en bombardeos sobre varias zonas del país.
En un informe divulgado este domingo, el grupo pro derechos humanos sostiene que existen nuevas evidencias de que el régimen lanza estas bombas y mostró un vídeo en el que aparecen restos de esa munición halladas en zonas pobladas.
Según HRW, algunos de los restos pertenecen a bombas de racimo de tipo RBK-250 o submuniciones AO-1Sch, ambas de fabricación soviética.
“El desprecio de Siria por los civiles es evidente en su campaña aérea, que parece que incluye el lanzamiento de bombas de racimo sobre áreas pobladas”, indicó el director de Armas de HRW, Steve Goose.
El responsable de la organización recordó que este tipo de armas han sido prohibidas por la mayoría de los países, y pidió que Siria detenga su uso de forma inmediata.
Desde 2010, la Convención de Oslo prohíbe claramente el uso, producción, almacenamiento y exportación de las bombas de racimo sin excepción alguna.
Según Human Rights Watch, la mayoría de restos de bombas de racimo se encontraron en la carretera que atraviesa la localidad de Maarat al Nuaman, en la provincia septentrional de Idleb y escenario en los últimos días de fuertes choques entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes.
Algunos vídeos difundidos por activistas sirios muestran los restos de estas bombas lanzadas desde el aire sobre la citada localidad y las de Tamaneya, Taftanaz y Al Tah, en Idleb; así como en otras de las provincias de Homs (centro), Alepo (norte), Latakia (noroeste) y Damasco.
Residentes de Maarat al Nuaman y Taftanaz confirmaron al grupo de derechos humanos que helicópteros del régimen atacaron el pasado martes con bombas de racimo zonas cercanas a sus pueblos.
En esa última localidad, un habitante sin identificar señaló al grupo que escuchó una explosión inicial y, una vez que las submuniciones fueron liberadas, nuevos estallidos, cercanos a un campo de olivos, donde quedaron algunas artefactos sin explotar.
La organización, que no dispone de información sobre el número de víctimas por el uso de esta munición, mostró en su informe su preocupación por los riesgos a los que se expone la población civil, ya que las bombas de racimo pueden explotar al mínimo movimiento o manipulación.EFE