El PAN elegirá a su nuevo dirigente en la capital del país en los primeros días de diciembre próximo mediante una asamblea de consejeros regionales en la que el delegado en Benito Juárez, Jorge Romero, y la senadora Mariana Gómez del Campo cuentan con mayoría.
Tras una ríspida reunión, convocada por el dirigente nacional panista, Gustavo Madero, se desechó la posibilidad de que el CEN designara una delegación como lo habían solicitado los Panistas en causa para que en un plazo de seis meses se convocara a la elección con equilibrio de fuerzas y tras la reflexión de la debacle del pasado 1 de julio.
Dentro de los Panistas en causa y opositores a Romero y Gómez del Campo se encuentran los liderazgos de Cecilia Romero, secretaria general del PAN; Obdulio Ávila, subsecretario de la Secretaría de Gobernación (Segob); José Luis Luege, titular de la Comisión Nacional del Agua; Jorge Triana, funcionario de Segob; los ex legisladores Agustín Castilla, Kenia López, Carlos Flores y el ex dirigente panista en el DF, Carlos Gelista.
Con esta determinación, el Comité Directivo Regional del PAN, que lidera Juan Dueñas, deberá emitir a más tardar en los próximos 15 días la convocatoria, para ir a la elección en un plazo no mayor a 45 días.
El consejo regional del PAN está conformado por 92 panistas, de los cuales 47 son leales a Romero y Gómez del Campo. Los 45 restantes son parte del grupo opositor y algunos liderazgos como Federico Döring, quien se ha convertido en factor clave al contar con aproximadamente seis consejeros regionales.
De acuerdo con panistas asistentes a la reunión, el conflicto se ahondó no sólo por el rechazo de la dirigencia nacional a la creación de una delegación, sino porque se acusó ante Madero a los Panistas en causa de ser unos “ardidos, en busca de chamba” y buscar el boicot de la elección debido a que son minoría en el consejo regional, que será el cuerpo elector del próximo dirigente.
Al respecto, Agustín Castilla advirtió que a causa de la debacle del PAN y de los grupos que actualmente tienen el control del partido, son miles los panistas que se van a quedar sin empleo, de lo cual no debe hacerse ningún escarnio.
Comentó que la principal oposición a una elección en los términos actuales es que si se analizan los consejeros regionales “se observará que en su mayoría tienen perfiles muy pobres en cuanto a estudios, experiencia laboral y política, y que están en la nómina de los grupos, es decir, responden a sus intereses y no emiten un voto libre y razonado”, sostuvo Castilla.
Resaltó que debe valorarse la participación en una elección así porque ni siquiera se conocen los resultados de los foros de reflexión de la derrota, ni existe un programa de acción.
“Seguimos totalmente desdibujados y para ello basta con preguntarle a los ciudadanos o a los propios panistas si saben qué representamos, qué defendemos, cuál es nuestra oferta política o visión de ciudad”.
En tanto, Jorge Triana, quien analiza contender en el proceso, afirmó que aún hay tiempo para impedir la elección. Por ello, solicitarán al CEN que los involucre formalmente en las reuniones que ha organizado para dar a conocer su punto de vista.
En contraparte, Laura Ballesteros, leal a Gustavo Madero, afirmó que las condiciones para una elección están dadas y ahora se deberá buscar un perfil de dirigente que tenga el consenso de todos los grupos para lograr la mejor opción.