Luxemburgo. La Unión Europea, preocupada por lo que consideró la negativa de Irán para transparentar su programa nuclear, impuso hoy nuevas sanciones a Irán y Siria que buscan golpear sus finanzas y aumentar la presión en el régimen islámico
La UE ha prohibido toda transferencia entre bancos europeos y entidades iraníes a menos que reciban una autorización previa, congelará los activos de 34 empresas que financian al régimen y vetará las importaciones de gas natural iraní.
Este último punto se suma a un embargo a las compras de petróleo ya en vigor, pero, a diferencia de este, apenas supondrá un impacto para Irán, pues Europa prácticamente no consume gas del país persa.
También se incluye en el régimen de sanciones a una persona vinculada directamente con el programa nuclear iraní, un refuerzo de las medidas ya existentes contra el Banco Central de Irán, restricciones en el transporte marítimo y a la venta de materiales susceptibles de ser utilizados en el desarrollo nuclear, como el grafito y el aluminio.
El ministro británico de Exteriores, William Hague, advirtió a Teherán de que Europa seguirá “aumentando la presión en los próximos meses” si no hay progresos en las negociaciones que se mantienen en paralelo para lograr garantías del carácter pacífico del programa nuclear.
La casa blanca dio su aprobación a las medidas: “Estados Unidos da la bienvenida a la adopción por parte de la Unión Europea de nuevas y significativas sanciones contra el Gobierno iraní en respuesta a la continua violación de sus obligaciones internacionales con respecto a su programa nuclear”, indicó en rueda de prensa el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney
El portavoz aseguró que las nuevas medidas tomadas por la UE “consolidan los esfuerzos internacionales para presionar y aislar al Gobierno iraní”, al tiempo que recordó que Irán “está ahora bajo una presión como nunca antes”.