Bruselas. Las nuevas sanciones de la Unión Europea (UE) contra Irán entraron hoy en vigor ante su negativa a transparentar su programa nuclear, que afecta a los sectores de finanzas, energía y transportes.

 

La iniciativa, aprobada la víspera por los ministros de Exteriores de la mancomunidad, prohíbe las transferencias bancarias entre entidades europeas y iraníes, excepto mediante una autorización previa pensada para permitir ayudas humanitarias.

 

Las exportaciones de materiales susceptibles de ser utilizados en la producción nuclear, como el grafito, quedan igualmente vetadas, así como las de determinados metales y softwares para la construcción de embarcaciones y los servicios ofrecidos a buques petroleros.

 

También se congelan los activos en suelo europeo de 34 empresas e instituciones del país persa, entre ellas la Compañía iraní de Petróleo y sus filiales, la Compañía iraní de Gas, y los ministerios de Energía y Petróleo.

 

Los Veintisiete decidieron, además, vetar las importaciones de gas natural de Irán, una medida más bien simbólica, ya que la UE prácticamente no compra ese producto del país.

 

La comunidad internacional teme que Irán esté desarrollando armas nucleares, aunque las autoridades iraníes aseguran que su programa nuclear tiene fines pacíficos.