Una investigación de la Sociedad Mundial para la Protección Animal (WSPA, por sus siglas en inglés) muestra evidencia de que en la Granja de Tortugas de Gran Caimán (GTC) miles de tortugas marinas viven en condiciones inadecuadas, comercian su carne para consumo y la mayoría de ellas se encuentra mutilada y enferma.
El estudio, realizado entre 2011 y 2012, también pone en duda la propuesta de conservación de la granja, pues en los últimos cinco años han liberado al ambiente, en promedio, 27 Tortugas Verdes por año, número que contrasta con el cálculo de 7mil tortugas que viven hacinadas en los estanques de la granja y con los más de 18 millones de dólares que la GTC invierte al año.
“El número es demasiado bajo como para considerar relevante un programa de conservación. Pero más allá de eso, el problema es que las condiciones actuales en las que viven estos animales las han hecho proclives al canibalismo y a problemas de reproducción, algunas nacen hasta sin ojos, y por si fuera poco, están expuestas a bacterias y enfermedades. Al final esas liberaciones podrían generar más daño que beneficio” –explicó el médico veterinario Roberto Vieto, Oficial de Programas de WSPA para la región.
La GTC es propiedad del Gobierno de Islas Caimán y constituye uno de los principales atractivos turísticos de Gran Caimán (su isla principal). En ella se invita a los turistas a que interactúen con las tortugas, generando un gran estrés en los animales y poniendo en peligro a los mismos turistas; ya que las muestras analizadas de los estanques revelaron presencia de bacterias como la Salmonella, E.Coli y Vibrio vulnifucus. Esto significa que los visitantes que toquen las tortugas podrían contraer enfermedades como gastroenteritis, neumonía y cólera.
Campaña de WSPA por las tortugas
Representantes de WSPA mostraron a los administradores de la GTC los resultados de la investigación en 2011, ofreciendo apoyo para cambiar las condiciones de los animales y convertirse en un verdadero centro de rehabilitación y conservación de la especie, como los que existen en otras partes del mundo. Sin embargo la GTC rechazó la propuesta. Por esta razón WSPA lanzó una campaña mundial, para recoger firmas alrededor del mundo y exigir el fin de la crueldad contra las tortugas marinas. Si esta campaña tiene éxito, sería el fin de la explotación comercial de tortugas marinas en el mundo, pues la GTC es la única existente en su género.
Para WSPA, el modelo operativo actual de la GTC no tiene justificación. Además de los problemas de crueldad, conservación y salud, se suma el hecho de que la granja debe forzosamente ser subsidiada por el gobierno, ya que anualmente presenta pérdidas por 9 millones de dólares, generando una carga importante a los contribuyentes locales. Adicionalmente se conoce que la demanda local de carne de tortuga en la isla se ha disminuido a la mitad en los últimos cinco años y es prácticamente inexistente entre quienes visitan la isla.