Un taxi cargado con explosivos estalló afuera de un cuartel policial en la capital siria el domingo, matando al menos a 13 personas, en momentos en que el enviado de Naciones Unidas asignado a la crisis del país visitaba Damasco para presionar por un cese al fuego en negociaciones con el presidente Bashar Assad.

 

La agencia estatal de noticias SANA reportó que otras 29 personas resultaron heridas en la explosión ocurrida en el vecindario de Bab Tuma, un popular distrito comercial que está habitado en su mayor parte por la minoría cristiana de Siria.

 

Damasco, en algún momento ajena a la violencia que se ha extendido por Siria desde que inició el levantamiento contra el régimen de Assad en marzo de 2011, se ha convertido en un objetivo frecuente de ataques con explosivos en meses recientes. Nadie se ha adjudicado la explosión del domingo, pero grupos islámicos que combaten junto con las fuerzas rebeldes han reivindicado atentados previos en contra de puestos de seguridad en la capital.

 

Dos funcionarios sirios en el lugar del ataque dijeron que el taxi estalló a 50 metros (yardas) de la principal delegación de policía de Bab Tuma. Los funcionarios pidieron mantener el anonimato porque carecen de autorización para hacer declaraciones a la prensa.

 

Un periodista de The Associated Press dijo que la calle y la acera donde ocurrió la explosión quedaron salpicadas de sangre. Fragmentos de vidrio de las ventanas de comercios estaban esparcidos en el pavimento y también quedaron los armazones quemados de cuatro vehículos, agregó.

 

El vendedor de verduras Mohamad Hanbali, de 27 años, dijo que varias personas heridas por el estallido yacían en la calle cuando acudió a toda prisa a prestar asistencia.

 

“Fue un atentado cobarde, lo perpetraron terroristas”, afirmó Handbali, quien fue alcanzado por una esquirla en la pierna izquierda.

 

SANA reportó la cifra de 13 muertos por el ataque del domingo, mientras que el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en Londres, informó de al menos 10 fallecidos.

 

Brahimi, que representa a la ONU y a la Liga Arabe, se entrevistó con Assad en otra parte de la capital. Brahimi ha exhortado a que se concerté una tregua entre las fuerzas del mandatario y los rebeldes durante la fiesta musulmana de Eid al-Adha, que empieza el 26 de octubre y dura cuatro días.

 

Al término de la reunión a puertas cerradas, Brahimi dijo a la prensa que antes se entrevistó con grupos de la oposición siria dentro y fuera del país para examinar la iniciativa de tregua que ha propuesto. Afirmó que recibió “promesas” pero no un “compromiso” de la oposición de acatar el alto el fuego.

 

Dijo que “encontró una acogida abrumadora” de los oponentes de Assad a su plan para un alto el fuego y “todos ellos han dicho que es una gran idea y que la apoyan”.

 

Brahimi declinó revelar la postura de Assad a la iniciativa que ha propuesto y a la que se considera un paso preliminar hacia un acuerdo más amplio.