Antes que termine este gobierno se autorizarán otros cuatro o seis bancos más para sumar cerca de 50 bancos autorizados a operar en México. Sin embargo se necesitan muchos más para atender al mercado mexicano. Por eso el gobierno “busca hacerle fácil la vida” a los empresarios que quieran entrar al negocio bancario en nichos que no se están atendiendo, dice el responsable del Ejecutivo para el sistema financiero.
“Apenas estamos comenzando”, dice cuando se le cuestiona por el número de bancos que hay en México y que no se refleja en una mayor competencia de mercado. Gerardo Rodríguez Regordosa habla sobre la nueva ley que aprobó el Congreso para detectar operaciones de lavado de dinero y el sonado caso HSBC, así como el silencio que les impuso el Congreso para dar a conocer investigaciones y sanciones a los bancos, como ocurre en Estados Unidos.
Advierte sobre echar campanas al vuelo en los pronósticos económicos en medio de la incertidumbre internacional y prefiere ser prudente con las expectativas de crecimiento para el año, que sitúa en 3.7% o 3.8%, aunque el presidente Calderón lanzó 4% y el gobernador Carstens 3.9%. “Ojalá se pueda”, dice aunque no compra públicamente esos pronósticos.
¿Qué piensa acerca del diseño institucional de la ley en contra del lavado de dinero?
Esta ley es un capítulo de una historia amplia que inicia cuando México entra a formar parte de GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional) y que tiene una serie de recomendaciones puntuales que han derivado en modificaciones legales. La Secretaría de Hacienda, durante varios años, ha emitido las normas para que las instituciones financieras apliquen estos preceptos legales. Entonces, dentro del mundo financiero, México está a la altura de los estándares internacionales para evitar operaciones de lavado de dinero en el sistema financiero, lo que pasa es que fuera del sistema financiero no hay nada; y es allí donde la ley llena ese hueco pendiente: como operaciones de compra-venta de inmuebles, joyas, automóviles y demás que usan los delincuentes como forma de depósito de valor. En ese sentido, habrá mucho trabajo de inteligencia por hacer ahora en el sector real.
Con todas estas reglas ¿qué pasó con HSBC y su acusación sobre operaciones de lavado de dinero?
HSBC no cumplió con esos estándares. Ya se les veía algunas debilidades desde principios de 2003 y 2004 y se les aplicó algunas multas. Después de una auditoría a fondo que se abrió en 2008 por parte de la CNBV se detectó que no tenía los estándares, normas internas, arreglo corporativo y responsabilidades para asegurar que estaban cumpliendo a cabalidad la norma. Esa investigación concluyó el año pasado estableciendo una serie de multas y acciones correctivas para el periodo 2006-09. HSBC decidió litigar la multa -de casi 400 millones de pesos- y al hacerlo nos vimos impedidos de darle publicidad el año pasado. Allí surge la investigación del Comité en el Senado de Estados Unidos y, dado que no tienen ninguna limitación, lo hacen público. Esto da la sensación de que ellos “descubren” un caso que ya estaba investigado y sancionado en México. Nosotros les dijimos que pagaran la multa y que comunicáramos que ese asunto era del pasado y que se ha corregido. Accedieron a pagar la multa y entonces se publicitó el caso. No es cierto que HSBC estaba lavando dinero, es una falta administrativa. Si por allí pasaron operaciones ilegales no es un problema de ilegalidad de HSBC, sino de cumplimiento de la norma. HSBC corrigió todo eso desde 2010.
El silencio -el no darlo a conocer- encubre un castigo a un banco que vive de la confianza pública. ¿No es una concesión del sistema que habría que cambiar?
Sin duda. Y lo tratamos de cambiar en el Congreso, pero entonces todos los cabilderos y legisladores defendieron a los stateholders. La publicidad de los procesos y de las sanciones es una herramienta correctiva muy importante, poderosa, que aquí en México no la podemos usar porque no lo ha permitido el Congreso.
Cuando dice que en la prevención de operaciones de lavado de dinero México cubre el estándar internacional ¿incluye a todas las figuras del sistema financiero, más allá de los bancos?
Estamos en la última ronda. En el escritorio del Secretario están las Uniones de Crédito y creo que con eso concluimos.
Con la fuerte presencia de la banca extranjera en México en momentos de alta volatilidad en las matrices ¿no sería deseable que México reforzara su sistema bancario con medidas adicionales?
Sí, hay algunas. El sistema de subsidiarias ha funcionado muy bien, pero en el proceso se han tomando medidas. Una fue bajar el límite de los créditos relacionados relevantes de 50% a 25% del capital. Hace unos días el Banco de México puso límites a la cartera que se puede vender de las matrices a las subsidiarias para asegurarse que no se hagan a precios que no sean de mercado. Y la colocación en bolsa de las subsidiarias que operan en México es un elemento adicional para proteger a nuestro sistema de la contaminación del exterior. Creemos que esto refuerza el esquema de protección del sistema bancario en México.
¿Existe la posibilidad de que algunos grupos financieros extranjeros declaren pérdidas simuladas en sus subsidiarias para trasladar recursos hacia sus matrices?
Hay una norma fiscal y contable bancaria que, en la medida en que lo hicieran, serían acciones irregulares y para eso están las autoridades del SAT y de la CNBV.
¿Han detectado algún caso en relación a este tipo de conductas?
No hemos detectado nada. Por eso es importante la norma para la venta de cartera y que sea a precio de mercado, porque esa podría ser una vía, una forma artificial de transferir recursos que no es legal. Eso no ha ocurrido en México, no lo hemos detectado.
Hay cuatro bancos más que están para autorizarse…
… Hay varios más. Entre cuatro, seis, que están en el trámite. No sé cuántos se alcancen a procesar en lo que queda de la administración…
… Se han autorizado una buena cantidad de bancos nuevos, pero el mercado sigue concentrado en unas cuantas instituciones. ¿Qué hace falta para abrir el sector a la competencia?
Necesitamos un sistema bancario más grande. La penetración del crédito bancario en el sector privado es bajísima para el nivel de desarrollo y el nivel de ingreso per cápita que tenemos en México. Ha crecido muchísimo en los últimos años. Necesitamos que siga creciendo en los siguientes 10 años a tasas de dos dígitos para que se tenga una penetración mucho más relevante y eso requiere de nuevos participantes. Hay espacio para muchos más bancos. Los bancos están aprendiendo “a bajar” hacia la pequeña y mediana empresa usando los esquemas de garantía que ofrecen la Secretaría de Economía y Nacional Financiera y eso tiene un potencial enorme. En todo el tema de la base de la pirámide se tiene un potencial enorme y los bancos han ido muy lentos. El rompimiento de las barreras físicas para hacer llegar los productos bancarios al incorporar las tecnologías a los servicios bancarios a través de plataformas móviles, es una oportunidad enorme para llegar a quienes no son usuarios del sistema formal. Allí hay otra oportunidad para los bancos y creo que va a haber mucho espacio para más participantes en el sistema bancario. Se necesitan más y nos hemos asegurado que las barreras de entrada sean cada vez más bajas. Se busca hacerle fácil la vida a quien por la vía empresarial esté pensando en algún modelo de negocios para atender un nicho que no se está atendiendo actualmente, así que -cuidando la solvencia del sistema- estamos apenas empezando.
A pesar del éxito en la colocación de deuda pública a mayores plazos, se tiene la percepción que el costo de la deuda pública es elevado. ¿Está pagando un alto precio el gobierno por su deuda en un entorno global de tasas bajas?
Creo que no. La forma más adecuada de ver esto es el costo de la deuda como porcentaje del PIB y ésta ha venido cayendo porque en el margen -si bien se han colocado bonos de largo plazo a tasas que ahora se ven altas- se han colocado más bonos a tasas más bajas y los Cetes se refinancian a tasas más bajas. La combinación de todo eso es una trayectoria decreciente del costo de la deuda como porcentaje del PIB. En 1990 el gobierno federal destinaba 7.5 puntos porcentuales del PIB al servicio de la deuda y actualmente estamos en 1.6 puntos del PIB. Ahora, el porcentaje del Presupuesto de Egresos de la Federación que se destina al gasto de la deuda ha pasado de 16% en 2000 a 8% actualmente, que es otra forma de ver este costo.
En una reunión con el equipo de transición del presidente electo dijo que “la prudencia en las finanzas públicas debe ser la tónica para el presupuesto 2013”. ¿A qué se refiere exactamente?
El entorno internacional es muy complejo. Afortunadamente en México nos ha ido muy bien. Es increíble…
¿Está sorprendido?
Sorprende este contraste con el exterior en el que el comercio crece cero prácticamente. Eso invita a la prudencia en las proyecciones de crecimiento económico.
¿Qué sería prudente para el crecimiento de este año?
El crecimiento será 3.7% o 3.8%. Alrededor de 3.5% que es la proyección.
Agustín Carstens dijo 3.9% para el año.
¡Qué bueno! Pero hay que hacerlo con prudencia.
El presidente Calderón ha dicho 4% o más…
¡Ojalá se pueda! Nuestra proyección es 3.5% para el año.
www.samuelgarcia.com