Daños por nueve mil 500 millones de pesos causó el brote de influenza aviar en granjas de Jalisco, según cálculos de la Unión Nacional de Avicultores (UNA) a cuatro meses de detectada la infección.
Jaime Crivelli, representante de los productores de huevo y pollo en el país, precisó que para la cuantificación de los daños se consideró el costo por el sacrificio de 22.3 millones de gallinas, la repoblación de las granjas, pérdida de empleos, menores volúmenes de insumos demandados, entre otros indicadores.
Este miércoles, en un acto en Los Pinos el presidente Felipe Calderón declaró “totalmente controlado” el brote, luego de 68 días sin registrar nuevos casos y ahora continuará la fase de erradicación del virus.
En la ceremonia a la que asistieron también el secretario de Agricultura, Francisco Mayorga, y el director en Jefe del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), Enrique Sánchez, Crivelli reconoció que “el diagnóstico inicial de la afectación de la producción de huevo derivado del brote de influenza aviar no fue el más adecuado, ya que se minimizó el impacto que esto tendría en el mercado nacional”.
La infección “no solo afectó al sector avícola, sino también a toda la sociedad mexicana”, sin embargó señaló que los avicultores productores de huevo “jamás participaron ni promovieron una práctica especulativa buscando incrementar el precio del huevo”.
Aseguró que fueron los propios avicultores quienes para mitigar el problema del encarecimiento del precio del huevo realizaron el mayor volumen de las importaciones totales de huevo fresco que oscilan en siete mil toneladas del producto.
Según indicó el presidente de la UNA, México es el principal consumidor de huevo para plato per cápita a nivel mundial, pero debido al brote su ingesta bajó de 22.4 a 20.8 kilogramos.
La alerta sanitaria se declaró el 21 de junio en los municipios de Tepatitlán y Acatic, en la región de Los Altos, Jalisco.
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