El Papa Benedicto XVI reconoció hoy que la Iglesia católica siente “vientos contrarios”, pero aseguró que también cuenta con el soplo del espíritu santo que le ayuda y le muestra el camino justo.
El pontífice pronunció un breve discurso al final de los trabajos de la asamblea del Sínodo de los Obispos, la cumbre episcopal que convocó a más de 250 prelados de diversas partes del mundo y será oficialmente clausurada este domingo en la Basílica de San Pedro.
Según el obispo de Roma, durante los 20 días de sesiones de esa reunión se pudo escuchar cómo la Iglesia católica también en la actualidad crece y vive.
“Pienso, por ejemplo, a cuanto se dijo de Camboya, donde de nuevo nace la Iglesia, la fe o también sobre Noruega, y tantos otros. Vemos cómo también donde no se espera, el señor está presente, potente y operante también a través de nuestro trabajo y nuestras reflexiones”, dijo.
“Aunque la Iglesia siente vientos contrarios, siente sobre todo el viento del espíritu santo que nos ayuda, nos muestra el camino justo y así, con nuevo entusiasmo, estamos en camino y agradecemos al señor porque nos ha dado este encuentro verdaderamente católico”, agregó.
El Papa recordó que dentro de un mes creará seis nuevos cardenales y destacó que ninguno de ellos es italiano ni europeo.
Calificó esa ceremonia como un gesto de la universalidad católica, que muestre que la Iglesia es de todos los pueblos, habla todas las lenguas y no corresponde solo a un continente, sino que es universal de verdad.
“Justamente esta era mi intención, de expresar en este contexto, esta universalidad de la Iglesia es también la bella expresión de este Sínodo”, indicó.
“Para mí ha sido realmente edificador, consolador y motivador ver aquí el espejo de la Iglesia universal con sus sufrimientos, amenazas, peligros y alegrías, experiencias de la presencia del señor, también en situaciones difíciles”, apuntó.