Las primeras lluvias, inundaciones y fuerte oleaje provocados por el huracán “Sandy” llegaron hoy a las costas de Carolina del Norte, Virginia y Maryland, que se preparan concienzudamente para enfrentarse a un ciclón que se intensificará entre el lunes y el martes.
Según el Centro Nacional de Huracanes (CNH), “Sandy” ya se encuentra frente a las costas de Carolina del Norte, donde se han registrado fuertes lluvias y se esperan vientos de hasta 62 kilómetros hora, mientras que el centro del ciclón, con vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora, se encuentra a 440 kilómetros al sureste de Cabo Hatteras (Carolina del Norte) y a 930 kilómetros al sur de la ciudad de Nueva York.
Pero lo peor se espera a finales del lunes y primeras horas del martes a lo largo de la costa noreste estadounidense donde se ha declarado el estado de emergencia y los residentes se preparan para inundaciones y cortes de luz que pueden afectar a millones de personas y prolongarse durante días.
El presidente estadounidense, Barack Obama, pidió hoy, tras visitar la Agencia Federal de Gestión de Emergencia (FEMA, por su sigla en inglés), que la población se tome la tormenta “muy en serio” y pidió seguir las recomendaciones de las autoridades.
Obama destacó el peligro que supone que el centro del huracán se esté moviendo de manera lenta, 22 kilómetros hora en dirección noreste, según el último boletín del CNH, además de que aún no se pueda determinar donde impactará primero en tierra.
Nueve estados, desde Carolina del Norte hasta Massachusetts, han declarado el estado de emergencia de manera previa para iniciar la preparaciones ante la tormenta y han pedido a los residentes que acumulen agua embotellada, baterías y alimentos.
Obama dijo que el Gobierno eliminará los obstáculos para las ayudas lleguen a donde se necesitan de manera rápida y aseguró que está “vigilante” ante el impacto que la tormenta pueda tener en las elecciones del 6 de noviembre.
“Estamos barajando un impacto por encima de las 50 a 60 millones de personas afectadas”, indicó Louis Ucellini, responsable de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, por su sigla en inglés) en entrevista con el canal NBC.
La ciudad de Ocean City, en el estado de Maryland, y que ya registra inundaciones, ha anunciado la evacuación obligatoria de zonas costeras vulnerables y habilitará autobuses para aquellos que quieran acudir a refugios de manera voluntaria.
Virginia tiene listos a medio millar de miembros de la Guardia Nacional para actuar ante una situación de emergencia y si los servicios de bomberos y policía se ven desbordados, mientras que la eléctrica Pepco ha pedido refuerzos en otros estados para actuar lo antes posible ante cortes de luz.
Más de 700 vuelos han sido cancelados el domingo y unos 2.500 aviones se quedarán en tierra el lunes, especialmente en los aeropuertos internacionales de Washington-Dulles, Filadelfia y Newark.
En la ciudad de Washington Distrito de Columbia ya empiezan a escasear el agua embotellada y las baterías en algunos supermercados, mientras la población se prepara para una tormenta que ya ha obligado a cerrar los colegios durante el lunes, y puede afectar a oficinas o sedes de Gobierno.
Las estimaciones de simulación por ordenador adelantan que el ojo del huracán, que tocará tierra con categoría 1, pase a últimas horas del lunes por entre las costas de Delaware, el sur de Nueva Jersey y continúe al norte de la ciudad de Baltimore (Maryland) y se dirija al estado de Pensilvania.
La ciudad y el estado de Nueva York anunciaron medidas para minimizar el posible impacto del huracán “Sandy”, que incluyen la evacuación de unos 375.000 habitantes de la Gran Manzana y el cierre de las escuelas y del transporte metropolitano.
En la costa de Nueva Jersey se ha ordenado la evacuación de zonas vulnerables en la ciudad de Atlantic City, famosas por sus casinos, que permanecerán cerrados hasta nueva orden, mientras que se han bloqueado puentes o vías de acceso peligrosas.
El gobernador del estado, Chris Christie, ordenó que permanezcan cerrados edificios públicos durante el lunes y que el sistema ferroviario comience a suspenderse progresivamente desde la tarde del domingo.
El área de influencia de la tormenta será especialmente amplia y llegará con más fuerza que el huracán “Irene” en 2011, que dejó importantes daños materiales al noreste de Estados Unidos, especialmente en el estado de Vermont.