BUENOS AIRES. Las restricciones cambiarías en Argentina, de las que se cumplen hoy un año, impactaron en la vida económica del país y ya generan complicaciones a provincias y empresas a la hora de pagar sus deudas.
El denominado “cepo al dólar” se inició el 28 de octubre de 2011 con mayores controles por parte del Fisco para habilitar la venta de divisas extranjeras a los inversores.
Creados para contener una creciente fuga de divisas, los controles se fueron profundizando con el correr de los meses hasta quedar vedada la compra de moneda extranjera con destino al ahorro personal, lo que hizo renacer el mercado ilegal de divisas.
En el intento por “desdolarizar” la economía, el Gobierno de Cristina Fernández también restringió el uso de dólares en el mercado inmobiliario, lo que prácticamente frenó esta actividad.
Las restricciones, sumados a otros factores de la política local y de la crisis global, han impactado en variables clave de la actividad económica, como la inversión, y, en este contexto, el producto interior bruto (PIB) argentino pasó de un alza del 8.9 % en 2011 a un crecimiento nulo en el segundo trimestre de este año.
“La falta de transparencia en el mercado cambiario, es el peor enemigo de la inversión. En este marco de incertidumbre, el sector privado termina invirtiendo poco y la capacidad de producción no se expande lo suficiente”, advirtió en un informe la consultora privada Economía & Regiones.
La compra de dólares en el mercado oficial aun es posible para los turistas que viajan al exterior, las empresas y provincias que deben saldar deudas pactadas en moneda extranjera y los importadores.
Sin embargo, también en esos casos las operaciones son férreamente controladas por el Fisco y el Banco Central y las ventas no siempre son autorizadas.
De hecho, en las últimas semanas la norteña provincia de Chaco resolvió pagar en pesos argentinos vencimientos de bonos públicos emitidos en dólares ante la imposibilidad de hacerse de divisas extranjeras y luego la vecina provincia de Formosa anunció que buscará un acuerdo con tenedores de títulos para saldarlos en moneda local.
Las restricciones cambiarias lograron sí frenar la fuerte fuga de capitales que se había registrado el año pasado, por un total de 21 mil 504 millones de dólares, casi el doble que en 2010.
Según datos del Banco Central, en el primer semestre del año, la salida de capitales fue de 3 mil 572 millones de dólares, un 67.9% menos que en igual período de 2011. EFE