WASHINGTON. El presidente Barack Obama ha intentado durante meses compaginar sus actividades de campaña en busca de la reelección con sus labores al frente del gobierno.

 

Ahora, el mandatario afronta el llamado de sus responsabilidades oficiales precisamente en momentos en que su presencia proselitista es más necesaria que nunca, ya que falta poco más de una semana para los comicios.

 

El candidato presidencial republicano Mitt Romney, por su parte, afronta incertidumbre sobre el rumbo de su campaña debido a la supertormenta que azotará la región este de Estados Unidos.

 

Sin embargo, Obama, como jefe de Estado, debe supervisar las acciones del gobierno federal para hacer frente a la próxima tormenta y será él quien cargue con la responsabilidad de lo que salga mal.

 

El huracán “Sandy”, que se espera que se llegue este lunes a la costa noreste de Estados Unidos, obligó a ambos contendientes a cancelar actos de campaña; Obama lo hizo con actos eventos programados para hoy por la noche y mañana por la mañana en Colorado. El acto proselitista en Wisconsin continúa agendado pero podría cancelarse. Tiene previsto regresar a la Casa Blanca hoy por la noche a fin de estar pendiente del desarrollo de la tormenta y de las acciones del gobierno.

 

“Este es otro ejemplo del presidente asumiendo primero sus responsabilidades como comandante en jefe y gobernante del país, al tiempo que busca cumplir con sus obligaciones como candidato a la reelección”, dijo Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca, a la prensa que acompañó el sábado al mandatario a un acto político en Nueva Hampshire.

 

Alterar el itinerario de la gira de Obama que había sido estratégicamente planeado era lo último que deseaba el equipo de campaña del mandatario, a menos que fuera estrictamente necesario.

 

En la reñida contienda presidencial, Obama y Romney tienen ya pocas oportunidades disponibles para visitar los estados más disputados, en su respectivo intento de convencer a los electores indecisos.

 

El manejo que dé Obama a los efectos de la tormenta podría influir de último momento en los indecisos.

 

Si los electores perciben a Obama como un gobernante fuerte que muestra mando en medio de la crisis, algunos indecisos podrían apoyarlo.

 

Sin embargo, una reacción fallida, o si se percibe que el presidente antepuso la política a la seguridad pública, podría costarle apoyo en un momento en el que ya sería difícil revertir la tendencia del voto.

 

Romney decidió cancelar todos los actos que tenía previstos ayer en Virginia y dirigirá sus últimos esfuerzos antes de las elecciones del 6 de noviembre al estado de Ohio, donde las encuestas le dan una ligera desventaja.

 

El huracán “Sandy” de categoría 1, que se espera que impacte con fuerza el lunes y martes en la costa noreste estadounidense, en estados como Virginia, Maryland, Nueva Jersey y Nueva York, ha dado al traste con los planes de intensificar la campaña en los últimos días en los estados decisivos de estas elecciones, los que aún no se inclinan claramente por uno u otro candidato. AP y EFE

 

50 millones de afectados potenciales

 

WASHINGTON. Las primeras lluvias, inundaciones y fuerte oleaje provocados por el huracán “Sandy” llegaron a las costas de Carolina del Norte, Virginia y Maryland, que se preparan concienzudamente para enfrentarse a un ciclón que se intensificará entre hoy y mañana.

 

Según el Centro Nacional de Huracanes (CNH), “Sandy” ya se encuentra frente a las costas de Carolina del Norte, donde se han registrado fuertes lluvias y se esperan vientos de hasta 62 kilómetros por hora, mientras que el centro del ciclón, con vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora, se encuentra a 440 kilómetros al sureste de Cabo Hatteras (Carolina del Norte) y a 930 kilómetros al sur de la ciudad de Nueva York. En ésta ciudad ya fueron evacuadas 375 mil personas.

 

Pero lo peor se espera hoy por la noche y primeras horas de mañana a lo largo de la costa noreste estadunidense donde ya se declaró el estado de emergencia y los residentes se preparan para inundaciones y cortes de luz que pueden afectar a millones de personas y prolongarse durante días.

 

El presidente estadunidense, Barack Obama, pidió, tras visitar la Agencia Federal de Gestión de Emergencia (FEMA, por su sigla en inglés), que la población se tome la tormenta “muy en serio” y pidió seguir las recomendaciones de las autoridades.

 

Obama destacó el peligro que supone que el centro del huracán se esté moviendo de manera lenta, 22 kilómetros hora en dirección noreste, según el último boletín del CNH, además de que aún no se pueda determinar donde impactará primero en tierra.

 

Nueve estados, desde Carolina del Norte hasta Massachusetts, han declarado el estado de emergencia de manera previa para iniciar las preparaciones ante la tormenta y han pedido a los residentes que acumulen agua embotellada, baterías y alimentos.

 

Obama dijo que el Gobierno eliminará los obstáculos para las ayudas lleguen a donde se necesitan de manera rápida y aseguró que está “vigilante” ante el impacto que la tormenta pueda tener en las elecciones del 6 de noviembre.

 

“Estamos barajando un impacto por encima de las 50 a 60 millones de personas afectadas”, indicó Louis Ucellini, responsable de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, por su sigla en inglés) en entrevista con el canal NBC.

 

La ciudad de Ocean City, en el estado de Maryland, y que ya registra inundaciones, ha anunciado la evacuación obligatoria de zonas costeras vulnerables y habilitará autobuses para aquellos que quieran acudir a refugios de manera voluntaria. EFE