En la recta final de su gobierno en la capital del país, Marcelo Ebrard comenzó a estrechar sus relaciones públicas con los dueños de medios electrónicos, intelectuales, escritores y gobernantes de otras naciones.

 

A su vez, en el terreno político algunos de sus simpatizantes iniciaron el cabildeo y la colecta de firmas al interior del PRD para impulsar su candidatura como presidente del partido y desde ahí aglutinar a las fuerzas de izquierda en un frente al estilo uruguayo.

 

A decir de legisladores de la oposición PRI y PAN, Ebrard ha comenzado a afianzar sus relaciones públicas con miras a 2018.

 

El coordinador del PRI en la Asamblea Legislativa, Tonatiuh González, señaló que existen fines político-electorales en el desempeño de Ebrard en el final de su gobierno.

 

“La entrega de medallas es una manera de demostrar lo que hizo como jefe de Gobierno, pero si va a hacerlo, tiene que ser con todos los sectores de la sociedad y no a unos cuantos. Al parecer, como va de salida, ya no le importa mucho lo que le digan o que lo critiquen. Ahora que se va está queriendo aprovechar todo antes de irse en lugar de atender los problemas que existen actualmente en la ciudad”, reprochó el priista.

 

 

Laura Ballesteros, vicecoordinadora del PAN en la ALDF, afirmó que Ebrard ha sido claro con su interés de ser candidato presidencial en 2018, pero estos reconocimientos tendrán un beneficio en la medida que se otorguen a los ciudadanos de a pie.

 

“Los empresarios de medios que han reconocido han hecho su labor, pero queremos ver también reconocida la labor del ciudadano de a pie, el que muchas veces es anónimo, pero que transforma la ciudad todos los días”, sostuvo.

 

Al respecto, Héctor Serrano, secretario de Gobierno del DF y principal operador de Ebrard, negó que el mandatario local esté preparando su camino para su salida del GDF y aseguró que los reconocimientos los ha hecho en calidad de gobernante y a nombre de la ciudad.

 

Confirmó que perredistas como Pablo Antuñano han comenzado a recabar firmas para impulsar la candidatura de Ebrard a la dirigencia del PRD; sin embrago, dijo que por ahora el jefe de Gobierno no ha dado ninguna instrucción al respecto y habrá que esperar los tiempos el año entrante.

 

“En la corriente de Ebrard respetamos el excelente trabajo que ha hecho Jesús Zambrano al frente del PRD, y por ahora no hay ninguna instrucción para construir la candidatura del jefe de Gobierno; sin embargo, consideramos que cuenta con la estatura y la calidad política para encabezar a la izquierda”, comentó Serrano.

 

El pasado 3 de octubre, Ebrard comenzó a poner a los dueños de las principales empresas radiofónicas del país a la altura de jefes de Estado y premios Nobel al colgarles la medalla de ciudadanos distinguidos de la capital de la República.

 

Tan extrañas resultarían las condecoraciones en nombre de la libertad de expresión que el mismo jefe de Gobierno del DF dio su justificación en el salón de Cabildos del Antiguo Palacio de Ayuntamiento, previo a la entrega del pergamino a Rogerio Azcárraga Madero, presidente del consejo de administración de Grupo Fórmula.

 

 

“Se preguntarán por qué hacemos este reconocimiento y por qué lo hacemos ahora. Primero porque trata de libertad de expresión”, precisó.

 

Aunque admitió que algunas veces los comentarios de los medios de comunicación incomodan.

 

“Puede que no nos guste lo que digamos en algún programa; puede que como gobernante a veces te moleste, que digas ‘que injusto comentario’, pues así es la vida pública, ¿no?”.

 

Para evitar críticas, Ebrard, aspirante a la Presidencia, subrayó que el reconocimiento es al final de su mandato porque “si lo hubiéramos hecho en otro momento, se hubiera leído de otra forma, ‘¿ah, es una estrategia para quedar bien, porque entonces quién sabe qué va a querer este señor’. No, lo estamos haciendo al final del gobierno, porque ya nos vamos, vamos a tener otras actividades políticas”.

 

El 11 de octubre pasado, en el marco de la conmemoración de los 60 años de relaciones diplomáticas entre México e Israel, durante una gira por ese país asiático, Marcelo Ebrard otorgó al alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai, una escultura de las “Alas de la ciudad” para “reforzar los lazos de amistad entre ambas ciudades”.

 

Días después, vinieron los reconocimientos a Edilberto Huesca, presidente y director general de Núcleo Radio Mil; a Francisco Ibarra, director de Grupo ACIR; a Joaquín Vargas, propietario de MVS -quien acusó el gobierno federal de censurarlo y recibió un respuesta en el sentido de que él trató de chantajear a las autoridades-, a quien calificó de “patriota”, y al presidente y fundador de Grupo Radiorama, Javier Pérez de Anda.

 

Un día después, Ebrard entregó a Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la UNAM, el reconocimiento al mérito médico e inauguró un hospital en Iztapalapa con su nombre.

 

Finalmente, en la Feria Internacional del Libro del Zócalo de la Ciudad de México, Ebrard otorgó el Premio Carlos Monsiváis al Mérito Cultural de la Ciudad de México a los escritores Margo Glantz, José Emilio Pacheco, Rubén Bonifaz Nuño, Miguel León Portilla, la fotógrafa Graciela Iturbide, la coreógrafa Guillermina Bravo, la bailarina Nieves Paniagua, el compositor José Ángel Espinoza Ferrusquilla y los pintores Manuel Felguérez y Vicente Rojo.

 

Desatendidos

 

Mientras el jefe de Gobierno emprende su campaña de relaciones públicas su administración ha vivido una serie de conflictos que no se resuelven, sino simplemente se dejan crecer.

 

La Universidad Autónoma de la Ciudad de México está cerrada desde el 28 de agosto debido a inconformidades en la elección de consejeros; el viernes, la rectora, Esther Orozco, informó que si no puede recuperarse el semestre, la institución sufrirá pérdidas superiores a 400 millones de pesos.

 

Los estudiantes anunciaron que hasta el próximo martes se reunirán con el secretario de Gobierno, Héctor Serrano.

 

En las últimas semanas, la Secretaría de Transportes y Vialidad (Setravi) ha estado en el ojo del huracán porque se descubrieron irregularidades en la documentación de seis camionetas con el logo de Televisa que fueron detenidas en Nicaragua, en ellas se transportaban más de nueve millones de dólares en efectivo. La investigación del responsable de las anomalías no ha arrojado resultados y el jefe de Gobierno no ha hecho pronunciamiento alguno al respecto