El coordinador de los diputados priistas, Manlio Fabio Beltrones, dijo que las modificaciones hechas por el Senado a la iniciativa de reforma laboral son riesgosas y consideró “inadmisible” imponer un solo método para elegir a los líderes sindicales, a propósito de la inclusión del sufragio universal para definir a los dirigentes gremiales.
“En el grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados revisaremos con responsabilidad y cuidado la minuta enviada por los senadores, para evitar que se pierdan los logros alcanzados, mantener el objetivo de fomentar la creación de empleos formales y resguardar los derechos de los trabajadores”, aseguró.
Beltrones señaló que reconoce el trabajo de la Cámara colegisladora en la reforma laboral, pero advirtió que puede haber un riesgo en la estabilidad productiva por los cambios que restringen las modalidades de elección democrática y proponen la subasta de la titularidad de los contratos colectivos.
Apuntó que la representación parlamentaria del PRI ha sido consistente de la necesidad de modernizar el régimen laboral, armonizar las garantías jurídicas de los empresarios con la democracia, la autonomía, y la transparencia, dado que la estabilidad de las relaciones laborales es esencial para incrementar la productividad, generar empleo y volver a crecer a tasas sostenidas.
“De ningún modo pondremos en riesgo el patrimonio que representa la estabilidad laboral”, subrayó.
El coordinador de los priistas resaltó que “públicamente” su partido ha votado a favor del libre ejercicio del voto sindical, ya que nadie se vuelve más demócrata imponiendo una sola fórmula de elección directa, como se propone en el Artículo 371 de la Ley Federal del Trabajo, ni excluyendo otras opciones igualmente democráticas como la elección indirecta.
Afirmó que subastar la titularidad de los contratos colectivos de trabajo y exhibir los datos personales de los trabajadores, como se plantea en el Artículo 388 bis, “no procede en términos de la figura de iniciativa preferente con la que el Ejecutivo presentó su propuesta de reforma laboral”.
El diputado, quien se ha declarado amigo de las organizaciones sindicales, aseveró que “con paso firme y a velocidad adecuada” la reforma laboral tendrá ahora un trámite ordinario hasta lograr una ley moderna que le sirva a México, y al asegurar que habrá reforma laboral dijo que la negociación política va más allá de filias o fobias, “seguramente nos acercará a convenir lo mejor para México, no para los partidos políticos”.
Iglesia llama corruptos a sindicatos
La Arquidiócesis de México anotó que ante los “ojos de la Iglesia” los sindicatos son organismos con tintes partidistas que no buscan la justicia ni el bien común de los trabajadores y de la organización productiva como fuente de su trabajo, además de que no “gozan de buena fama” ante la sociedad.
En su editorial el semanario Desde la Fe señala que la opinión pública tiene desconfianza de ellos y los considera “corruptos, poco honestos y carentes de solidaridad con los trabajadores y con el resto de la sociedad”.
El órgano religioso indicó, sin decir nombre alguno de los sindicatos, que a estas organizaciones se les ve como fuerzas políticas que se “venden al mejor postor”, y que han sido secuestradas por líderes “inmorales” que han logrado eternizarse y generar formas de poder contrarias a la naturaleza de los sindicatos, amenazando con “secuestrar” al Estado si éste no se alinea a sus intereses que, por cierto, no son los mismos que los de sus agremiados, y mucho menos ayudan al desarrollo nacional.
El organismo que encabeza el cardenal Norberto Rivera apuntó que no es aceptable la falta de sensibilidad social por parte de la clase patronal ni la explotación de los trabajadores -a quienes se les otorgan sueldos indignos-, ni los contratos de protección, ni la creación de sindicatos charros; tampoco es aceptable, añade, permitir que haya prácticas de seudosindicatos que emplazan a huelga con actitudes de cerrazón, sin propuestas realistas y con la falsa intención de proteger al trabajador.
Agregó que hoy más que nunca, los trabajadores organizados no deben permitir, por apatía, indiferencia o miedo, que haya prácticas y dirigentes sindicales corruptos, antidemocráticos, con capacidad de amedrentar a los que realmente gastan con dedicación la vida en su trabajo.